Juan Palop
Berlín, 24 feb (EFE).- Alemania dio hoy una lección de austeridad fiscal a sus socios europeos al presentar sus datos macroeconómicos definitivos de 2011, en el que las cuentas públicas se beneficiaron del fuerte crecimiento y del aumento del empleo.
La Oficina Federal de Estadística (Destatis) informó de que el déficit del Estado para el ejercicio pasado ascendió a 25.800 millones de euros, lo que supone un 1,0 % del producto interior bruto (PIB) de la mayor economía europea y unos 80.000 millones de euros menos que en 2010.
La cifra es casi mil millones de euros inferior al déficit estimado el pasado enero, cuando se calcularon 26.700 millones de euros de desfase, pero muy inferior a los 48.400 millones de euros previstos en los presupuestos generales aprobados por el Bundestag (Parlamento).
Así, la tasa germana logró mantenerse claramente por debajo del límite comunitario del 3,0 %, en claro contraste con los apuros financieros que están registrando la mayoría de economías de la zona euro desde el estallido de la crisis.
No obstante, ésta es la primera vez desde 2008 en que Alemania consigue cumplir con los requisitos de Maastricht.
Además, Destatis confirmó que Alemania creció en 2011 un 3,0 %, pese a que el PIB cayo un 0,2 % en el último trimestre en términos interanuales, gracias principalmente al buen comportamiento del primer semestre y a la demanda desde los emergentes.
A juicio de los expertos, las finanzas alemanas se han visto beneficiadas por el repunte de su actividad económica -de orientación marcadamente industrial y exportadora- y del consiguiente aumento de la contratación.
En este sentido, Alemania alcanzó el pasado diciembre un nuevo máximo histórico de población empleada desde su reunificación, con un total de 41,6 millones de trabajadores registrados, mientras la tasa de desempleo se consolidó por debajo del 7,0 %.
De hecho, el desglose de los datos fiscales de 2011 demuestran que sólo el sonoro superávit de la Seguridad Social, del 15,1 %, logró paliar parcialmente los déficit acumulados por el estado federal (- 27,0 %) y los estados federados (- 14,8 %).
Los presupuestos de 2011 fueron los primeros del programa quinquenal de austeridad fiscal diseñado por el gobierno de la canciller federal, Angela Merkel, para reducir el déficit hasta los 13.300 millones de euros en 2015.
La iniciativa surgió a raíz de cambio constitucional que impulsó en 2009 el actual gabinete de centro-derecha y que incluyó en la Ley Fundamental alemana el denominado "freno de la deuda", una cláusula que posteriormente Merkel ha intentado imponer en el ámbito comunitario y que países como España ya han incluido en su carta magna.
Pese a que Merkel quiera predicar con el ejemplo y hacer gala en la próxima cumbre de la Unión Europea (UE), prevista para el 1 y 2 de marzo en Bruselas, de consolidación presupuestaria y coherencia, la realidad financiera alemana es tozuda.
De hecho, desde la introducción del euro en 1999, la mayor economía europea no ha cumplido con el límite de déficit comunitario en siete ocasiones y tan sólo ha logrado no superar esta frontera en cuatro ejercicios.
Más difícil de alcanzar para Alemania parece la segunda gran medida presupuestaria del Pacto de Estabilidad y Crecimiento (PEC) de la UE, que sanciona que la deuda estatal, esto es, el acumulado de los déficit anuales, no debe superar el 60 % del PIB del país.
La deuda de Alemania se sitúa en la actualidad por encima del 80 %, pero el Gobierno confía en reducirla hasta los niveles máximos permitidos en el plazo dado por la Comisión Europea (CE) gracias a su programa de consolidación fiscal.
En este sentido se ha destacado hoy en un comunicado el Bundesbank (Banco central alemán), al indicar que el buen resultado del déficit en 2011 "no debería ocultar el hecho de que el objetivo a medio plazo de obtener un presupuesto estructuralmente equilibrado aún no se ha logrado".
La autoridad monetaria agregó que prevé que en 2012 el déficit alemán se mantenga en el entorno del cosechado el año pasado, si no se agravan las condiciones coyunturales a causa de la crisis de la zona euro o de otros elementos de distorsión. EFE