María Tejero Martín
Bruselas, 15 abr (EFE).- La Unión Europea (UE) ha puesto en el punto de mira a los paraísos fiscales tras el reciente escándalo sobre fraude fiscal a escala mundial, que ponen en tela de juicio el secreto bancario guardado celosamente por algunos de sus miembros y vecinos.
Las publicación en la prensa de datos sobre una red de traslado de fondos a paraísos fiscales con supuestos fines de evasión fiscal ha reavivado el debate y ha aumentado la presión sobre los tradicionales "refugios" de las fortunas que buscan eludir el pago de impuestos o que provienen de prácticas ilegales.
Luxemburgo ha recogido el guante y ha dado un importante paso al anunciar que relajará su secreto bancario y que pretende unirse a partir del 1 de enero de 2015 a los otros 25 Estados miembros que ya utilizan este método.
Tras una acalorada defensa de su secreto bancario, que hasta 2002 estaba acompañado por el anonimato completo de las cuentas, Austria ha mostrado su disposición a negociar con sus socios el intercambio de datos sobre extranjeros en el país para luchar contra la evasión fiscal, aunque también que mantendrá su posición pese a las presiones.
Entre los "refugios" vecinos que más preocupan a la UE, Liechtenstein también ha reconocido que la presión es cada vez mayor y ha mostrado su convencimiento de que tendrá que ceder terreno para calmar las críticas a su opaco sistema bancario, mientras que Suiza ya ha advertido que en ningún caso aceptará el intercambio automático de informaciones.
Pese a las resistencias, la Unión está decidida a dar pasos concretos en la lucha contra la evasión fiscal y tiene tres cuestiones que están encima de la mesa para ello.
La revisión de la directiva de ahorros para ampliar su definición del pago de intereses e introducir un mecanismo mejorado para identificar a los propietarios de cuentas, se encuentra congelada desde 2008 por la oposición austríaca y luxemburguesa.
Ésta iniciativa va de la mano de las negociaciones entre los Veintisiete para dar un mandato a la Comisión Europea para que negocie medidas equivalentes con Suiza y otros países, y se encuentra igualmente paralizado.
Por último, las cinco mayores economías de la Unión Europea -Alemania, Francia, Italia, Reino Unido y España- han abierto el debate para reforzar el sistema de intercambio de información automática, con un acuerdo para la puesta en marcha de un "instrumento piloto de intercambio multilateral" de información.
Polonia, Bélgica, Holanda y Rumanía se han unido a esta iniciativa, que se inspira en la Ley de Cumplimiento Fiscal de Cuentas Extranjeras de EEUU (FATCA, en sus siglas en inglés), que obliga a las entidades financieras extranjeras suministrar información sobre las cuentas que tienen ciudadanos estadounidenses en el exterior, para evitar la evasión fiscal transfronteriza.
"Solo puedo apoyar cualquier esfuerzo orientado a acelerar la expansión del alcance del intercambio automático de información e impulsar nuestro estándar a nivel mundial", afirmó el comisario de Fiscalidad, Algirdas Semeta, en declaraciones a Efe.
La vía para crear un "FATCA Europeo" sería combinar la directiva sobre fiscalidad de los ahorros y todas las provisiones de la directiva de cooperación administrativa en el ámbito de la fiscalidad, según dijo Semeta el sábado en el marco del Consejo informal de Ministros de Economía (Ecofin) que se celebró en Dublín.
Los Veintisiete tratarán la cuestión de la evasión fiscal primero a nivel de ministros en el Ecofin de mediados de mayo y posteriormente entre los líderes en la cumbre del 22 de mayo, tal y como anunció el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy.
"Debemos aprovechar el impulso político para abordar este problema crucial", afirmó Van Rompuy, quien asegura que cada año "se pierde un billón de euros por la evasión fiscal" en la UE, lo que equivale al PIB de España.
Francia lleva la batuta en el renovado ímpetu europeo contra la evasión fiscal, empujada por los acontecimientos tras la imputación por fraude fiscal del exministro de Presupuesto Jérôme Cahuzac, que mantuvo durante años una cuenta en Suiza que ocultó a Hacienda y al presidente François Hollande.
La presión sobre el Elíseo ha llevado al presidente galo a anunciar medidas contra la corrupción y la evasión fiscal, entre ellas una lista propia de paraísos fiscales.
"No dudaré en considerar paraíso fiscal a cualquier país que se niegue a colaborar con Francia", advirtió Hollande.
Ahora, tras los mensajes políticos, queda por ver cuánto del entusiasmo político se materializa en avances concretos. EFE