Lisboa, 23 mar (EFE).- El jefe del Estado portugués, Marcelo Rebelo de Sousa, hizo hoy un llamamiento al "consenso" para poder garantizar la estabilidad del sistema financiero, justo cuando el país afronta un proceso de consolidación bancaria.
En un discurso desde el Palacio de Belém, el presidente luso respaldó que el Gobierno actúe junto a los organismos supervisores -como el Banco de Portugal- para asegurar este objetivo.
Sus declaraciones se interpretaron como un apoyo al Ejecutivo socialista liderado por António Costa, criticado recientemente tras publicar la prensa que se reunió con la angoleña Isabel dos Santos, quien negocia estos días su salida del accionariado del banco BPI (LS:BBPI) en favor de Caixabank (MC:CABK).
"Es natural que el Gobierno esté permanentemente atento a garantizar la estabilidad del sistema financiero cuando implica o puede implicar procesos legislativos", opinó el conservador Rebelo de Sousa, quien asumió el cargo hace apenas dos semanas.
De hecho, consideró que sería "deseable que este asunto suscitase un consenso nacional pacificador", en contraste con las críticas vertidas por el principal grupo de la oposición, el socialdemócrata (PSD, centro-derecha).
"Más vale prevenir que curar, no puede haber ostracismos ni debe haber dependencias", afirmó el jefe del Estado luso en referencia al proceso de reestructuración bancaria.
Durante los últimos días en Portugal, ha surgido un debate sobre la "españolización" del sector financiero, y varias voces dentro del país han alertado de los riesgos que ello supondría para la soberanía nacional.
En su visita a Madrid de la semana pasada, Rebelo de Sousa consideró "importante la presencia significativa española" en la banca lusa.
No obstante, alertó que no sería bueno que un país extranjero contara con una "posición exclusiva" en el sector.
Caixabank, que ya es el principal accionista del Banco Portugués de Inversión (BPI), negocia con Dos Santos hacerse con el control total de la entidad, y Santander (MC:SAN) amplió recientemente sus operaciones en suelo luso con la adquisición del Banco Internacional de Funchal (Banif (LS:BANIF)).
El BBVA (MC:BBVA), el Banco Popular (MC:POP) y Bankinter (MC:BKT) cuentan con oficinas propias en Portugal, mientras que el Banco Sabadell (MC:SABE) está presente a través de una participación en el Banco Comercial Portugués (LS:BCP).
Además, varias de estas entidades españolas figuran entre los candidatos a comprar el Novo Banco, heredero de los activos no tóxicos del Banco Espírito Santo (BES) y que se encuentra a la venta.