Por Brad Brooks
BRASILIA (Reuters) - El exmandatario brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, un candidato fuerte para las elecciones presidenciales del próximo año, fue condenado el miércoles a nueve años y medio de cárcel por cargos de corrupción, en el primero de cinco procesos a los que se enfrenta vinculados a una gigantesca trama de sobornos.
El fallo es una dura derrota para Lula, que seguirá en libertad mientras espera la apelación, y un serio revés a sus aspiraciones políticas.
El veredicto representa además la condena de más alto perfil hasta ahora en el marco de la Operación Lava Jato (Lavado de Autos) que, desde hace más de tres años, investiga un vasto sistema de corrupción en los más altos niveles del empresariado y el gobierno, que dejó a Brasil sumido en un caos político.
El juez Sérgio Moro halló culpable a Lula de aceptar 3,7 millones de reales (1,2 millones de dólares) en sobornos de la firma de ingeniería OAS SA. Los fiscales dicen que con el dinero la empresa remodeló un apartamento en la playa para el político a cambio de su ayuda para obtener contratos con la estatal Petrobras (NYSE:PBR).
Fiscales federales han acusado a Lula, que asumió el primero de sus dos mandatos en 2003, de liderar una extensa trama de corrupción que fue descubierta en una investigación sobre sobornos en torno a Petrobras.
Cristiano Zanin Martins, uno de los abogados de Lula, dijo que apelarán la sentencia y que las pruebas presentadas por el expresidente fueron ignoradas.
Lula fue el primer presidente brasileño proveniente de la clase trabajadora y continúa siendo muy popular entre los electores a seis años de haber dejado el poder con un 83 por ciento de aprobación.
El exlíder sindical cosechó admiración en todo el mundo por las políticas sociales transformadoras que llevó adelante y que ayudaron a reducir la fuerte desigualdad en la mayor economía latinoamericana. El expresidente estadounidense Barack Obama una vez declaró que Lula era el político más popular sobre la Tierra.
La senadora Gleisi Hoffmann, presidenta del Partido de los Trabajadores de Lula, arremetió contra el juez Moro afirmando que el exmandatario fue condenado para evitar que compita por la presidencia. Agregó que la agrupación protestará por el fallo y se mostró confiada en que será revertido en la apelación.
El real brasileño y la Bolsa de Sao Paulo subieron con fuerza tras conocerse el fallo de Moro. Los inversores temen que otra presidencia de Lula signifique el retorno de una política económica más dirigida por el Estado y menos amigable con el mercado.
Lula quedaría impedido de ejercer cargos públicos si el fallo se confirma en un tribunal de apelaciones, en un proceso que puede extenderse durante al menos ocho meses. Si es marginado, analistas políticos dicen que la izquierda brasileña quedaría sumida en el desorden, forzada a reconstruirse y a encontrar un líder que pueda surgir pese a la inmensa sombra de Lula.