Toronto (Canadá), 24 jun (EFE).- El presidente del Consejo
Europeo (CE), Herman Van Rompuy, insistió hoy en que la necesidad de
consolidación fiscal en Europa no tiene que ver con un problema de
confianza en el euro o de dificultad para financiar los déficit.
"No estamos comenzando la consolidación fiscal porque no podíamos
financiar nuestros déficit", afirmó Van Rompuy en una rueda de
prensa en Toronto, adonde se ha desplazado para participar en las
cumbres del G20 y el G8.
"No es un problema de confianza en nuestra divisa", añadió el
presidente del CE.
"El elegir el momento adecuado es importante para la
consolidación fiscal y es por eso que comenzaremos a reducir los
déficit presupuestarios en el 2011", afirmó Van Rompuy.
Recordó, por lo demás, que países con "grandes problemas" como
Grecia, España o Portugal harán ya "enormes esfuerzos" en ese frente
este mismo año.
"Creo que nuestra estrategia en Europa es una estrategia
inteligente. Empezamos en un momento en el que vuelve a haber
crecimiento positivo y empezamos con la consolidación fiscal de
forma gradual", explicó.
Subrayó que la insistencia de Europa en la consolidación fiscal
busca evitar que los contribuyentes del Viejo Continente pierdan la
confianza al ver que los países incurren en déficit cada vez mayores
y decidan como consecuencia ahorrar.
Destacó que si los europeos optasen por aumentar sus ahorros eso
tendría un impacto "realmente" negativo sobre el crecimiento de la
región.
Por su parte, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel
Durao Barroso, que participó en la rueda conjunta con Van Rompuy
destacó que tras un primer momento de "perplejidad" a raíz de la
crisis en Grecia los mercados han entendido la determinación de los
líderes europeos de defender la moneda común.
Mencionó, en ese sentido, que existe "una completa determinación
política, económica y financiera de todos los líderes en Europa de
hacer lo que sea necesario para asegurar la estabilidad".
Apuntó, por lo demás, que es necesario distinguir entre la
situación de países específicos y el área euro en su conjunto que,
dijo, tiene una deuda y un déficit menores que los de socios del G20
como EE.UU. y Japón.
La consolidación fiscal se perfila como uno de los grandes puntos
de desacuerdo en la reunión del G20 que comenzará en Toronto este
próximo sábado, el mismo día que acaba en la localidad de
Huntsville, a 200 kilómetros al norte de Toronto, el encuentro del
G8.
A diferencia de Europa, Estados Unidos llegará al G20 con la idea
de que la recuperación económica debe estar por delante de los
recortes presupuestarios.
"Debemos de demostrar un compromiso con la reducción del déficit
a largo plazo pero no a costa del crecimiento a corto plazo",
señalaron el miércoles en una carta publicada en el diario The Wall
Street Journal el secretario del Tesoro, Timothy Geithner, y el
asesor económico de la Casa Blanca, Lawrence Summers.
La misiva se publicó el mismo día que otra de Barroso y Van
Rompuy, en la que estos abogaban por la austeridad fiscal.
Pese a las señales de tensión, Barroso insistió hoy en que Europa
"no está sugiriendo que todo el mundo haga lo mismo al mismo tiempo"
y reconoció que las situaciones de los países son "diferentes",
aunque insistió en que es "importante coordinar los esfuerzos". EFE