Por Bozorgmehr Sharafedin
LONDRES (Reuters) - Irán advirtió el domingo que tomará medidas duras contra los manifestantes que representan uno de los desafíos más audaces a la conducción religiosa del país desde unas protestas a favor de las reformas que sacudieron a la teocracia islamista en 2009.
Decenas de miles de personas han realizado manifestaciones por toda la nación desde el jueves en contra de la elite clerical de la República Islámica, que no fue elegida en las urnas, y de la política exterior iraní en la región. También gritaron consignas en apoyo a los prisioneros políticos.
Los manifestantes inicialmente expresaron su indignación por las dificultades económicas y las denuncias de corrupción, pero también comenzaron a pedir la dimisión del líder supremo, el ayatolá Alí Jamenei.
El domingo, la policía usó carros lanzaaguas para dispersar a los manifestantes reunidos en la Plaza Ferdowsi en el centro de la capital, de acuerdo con imágenes de video publicadas en redes sociales.
Las imágenes online también mostraron un choque entre manifestantes y policías en la ciudad de Khoramdareh en la provincia de Zanjan, en el noroeste del país. Además hubo reportes de protestas en las ciudades de Sanandaj y Kermanshah en el oeste de Irán. Reuters no pudo verificar inmediatamente las imágenes.
El Gobierno dijo que restringiría temporalmente el acceso a las aplicaciones de mensajes Telegram e Instagram, informó la televisión estatal, citando a una fuente con información del tema.
El presidente Hassan Rouhani hablará a la nación por televisión el domingo a la noche, dijo la agencia de noticias semioficial ISNA. No dio detalles y no hubo alguna confirmación oficial inmediata del reporte.
Un iraní contactado por teléfono, que habló bajo condición de anonimato, dijo que había una fuerte presencia de la policía y fuerzas de seguridad en el centro de Teherán. "Vi a algunos jóvenes que estaban siendo arrestados y colocados en una camioneta de la policía. No están permitiendo que nadie se junte", afirmó.
Los videos de otros días publicados en las redes sociales mostraban a personas gritando: "Mulás, tengan algo de vergüenza, suelten al país".
Los manifestantes también cantaban: "Reza Shah, bendita sea tu alma". Esas consignas son evidencia de un profundo nivel de furia y rompen un tabú. El rey gobernó a Irán desde 1925 hasta 1941 y su dinastía Pahlavi fue derrocada en una revolución de 1979 por parte del ayatola Ruhollah Jomeini, el primer líder de la República Islámica.
Las protestas son las mayores desde los disturbios de 2009 que siguieron a la disputada reelección del entonces presidente Mahmoud Ahmadinejad.
Los manifestantes denuncian los altos precios, la corrupción y la mala administración. El desempleo se ubicó en 12,4 por ciento en este año fiscal, un alza de 1,4 por ciento desde el año previo. Alrededor de 3,2 millones de iraníes carecen de empleo, de una población total de 80 millones.
Los conflictos se producen después de que el Gobierno de Rouhani fue elegido con la promesa de garantizar los derechos a la libertad de expresión y reunión.
El principal logro de Rouhani, un acuerdo de 2015 con las potencias mundiales que frenó el programa nuclear de Irán a cambio de levantar la mayoría de las sanciones internacionales, aún no ha traído los beneficios económicos que prometió el Gobierno.
Los medios estatales citaron al ministro del Interior, Abdolreza Rahmani Fazli, diciendo: "Aquellos que dañen la propiedad pública, violen la ley y el orden y creen disturbios serán responsables de sus acciones y deberán pagar el precio".
(Escrito por Michael Georgy, editado por Gabriel Burin)