Por Thin Lei Win
ROMA (Thomson Reuters Foundation) - Algunos ecosistemas de agua dulce se están acidificando rápidamente a medida que aumentan las emisiones de dióxido de carbono, según una investigación de científicos alemanes, lo que eleva los temores sobre algunos caladeros y sobre la calidad del agua.
Sólo un 1 por ciento del agua del planeta es dulce, pero alberga un 40 por ciento de los peces.
Globalmente, un 70 por ciento del agua dulce se usa en agricultura, incluido el regadío, el ganado y la acuicultura, según la Organización para la Agricultura y la Alimentación de las Naciones Unidas (FAO).
Numerosos estudios han advertido de que los océanos sufren el riesgo de perder biodiversidad, productividad y vida marina por la acidificación, a medida que la quema de combustibles fósiles eleva los niveles de dióxido de carbono.
La investigación de los ecosistemas de agua dulce es poco habitual, pero un estudio publicado el jueves en la revista Current Biology muestra que también se están acidificando.
Los científicos analizaron datos de 1981 a 2015 en cuatro grandes embalses de Alemania.
Hallaron que un continuado incremento del dióxido de carbono en el agua y un aumento del 0,3 por ciento del pH, una medida de lo ácida o alcalina que es el agua, dijo Linda Weiss, principal autora del estudio.
"En realidad está siendo más rápido que en los océanos, porque no se prevé que los océanos se acificiquen un 0,3 por ciento hasta 2100", dijo a Thomson Reuters Foundation por teléfono.
La subida de los niveles de dióxido de carbono también afecta a las bacterias, importante fuente de alimentación para los peces, al hacerles menos capaces de sentir a los depredadores y defenderse, según los investigadores.
Esto significa que muchos más pueden ser comidos a corto plazo, reduciendo la cantidad de comida para los peces, aunque aún es demasiado pronto para sacar conclusiones, dijo Weiss.
La primera manifestación de acidificación del agua dulce podría ser una menor calidad de las aguas porque una bacteria conocida por producir toxinas parece crecer en el agua dulce alta en dióxido de carbono, dijo Caleb Hasler, profesor adjunto de la Universidad de Winnipeg, que estudia la conservación acuática.
Hacen falta más estudios urgentes para evaluar la potencial caída económica y ecológica de la acidificación en los ríos, lagos, según los científicos.
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