Pekín, 13 jul (EFE).- El flamante tren de alta velocidad Pekín-Shanghái, inaugurando a bombo y platillo hace dos semanas como uno de los proyectos clave para el desarrollo de China, tiene ahora su prestigio por los suelos después de que dos apagones en apenas tres días causaran retrasos de varias horas en 40 trenes.
En el primer incidente, ocurrido el pasado lunes, 11 trenes sufrieron retrasos, mientras que el segundo, ayer, martes, afectó a 29, confirmaron hoy las autoridades del sector, que atribuyeron estos incidentes a las fuertes lluvias frecuentes en China en los meses estivales.
El último de los apagones se produjo por una avería del tendido a la altura de la ciudad de Suzhou, en la provincia oriental de Anhui, y tardó dos horas en ser arreglado, detalló el Buró de Ferrocarriles de Shanghái, mientras que su instancia superior, el ministerio del ramo, pidió disculpas a los viajeros por los problemas causados.
En el incidente del domingo, la energía eléctrica falló también en el interior del tren, lo que dejó a los pasajeros de uno de los trenes a oscuras y sin aire acondicionado durante unas dos horas, además de con el vehículo ligeramente inclinado hacia un lado.
La línea de alta velocidad une los 1.318 kilómetros que separan las dos principales ciudades del país en unas cinco horas, con dos tipos de trenes, a 300 y a 250 kilómetros por hora.
En un principio se había pensado en hacerlos circular hasta a 350 kilómetros por hora, velocidad que fue reducida para abaratar los costes.
El magno proyecto, que incluye algunos de pasos más elevados más largos del mundo (de hasta 160 kilómetros de longitud) inició sus operaciones el 1 de julio, coincidiendo con el 90 aniversario de la fundación del gobernante Partido Comunista de China (PCCh). EFE