Judith Mora
Londres, 19 mar (EFE).- El ministro británico de Economía, George Osborne, presentó hoy un presupuesto para el ejercicio 2014-2015 que combina recortes del gasto estatal con ayudas y desgravaciones a empresas y clases medias a fin de consolidar la recuperación económica.
En su comparecencia ante la Cámara de los Comunes informó también de las últimas previsiones de crecimiento de la Oficina de responsabilidad presupuestaria, que supervisa las finanzas públicas, la cual prevé un avance económico del 2,7 % en 2014, de un 2,3 % en 2015 y un 2,6 % en 2016 en el Reino Unido.
Osborne advirtió de que, pese al crecimiento previsto -superior al de cualquier otra economía industrializada, dijo-, su prioridad presupuestaria es "seguir reduciendo el déficit", al tiempo que se apoya a la industria y a la exportación para diversificar la economía británica.
"La economía continúa recuperándose y más rápidamente de lo esperado", constató el ministro, que recordó que, aunque se ha mejorado tras la crisis de 2008, "aún queda mucho por hacer".
"El país aún toma demasiado prestado y ni invierte, ni exporta ni ahorra lo suficiente", afirmó, y subrayó que el presente presupuesto debe ser para "construir una economía resistente".
"Si es usted una persona que fabrica, que hace o que ahorra, este presupuesto es para usted", proclamó el ministro, entre aplausos de sus colegas "tories".
Entre los objetivos a medio plazo, planteó reducir este año el déficit presupuestario hasta un 6,6 %, a un 5,5 % en 2015 y hasta un 0,8 % en 2017-18, alcanzando un superávit del 0,2 % en 2018-19, tras lo cual -advirtió-, si ganan los conservadores las elecciones de 2015, continuaría aplicando medidas de austeridad.
El Gobierno del primer ministro David Cameron, donde los liberaldemócratas son socios minoritarios, prevé un descenso del endeudamiento de los 108.000 millones de libras (129.000 millones de euros) estimados para este año a 95.000 millones (o 113.000 millones de euros) en 2015, hasta un superávit en 2018-19.
No obstante, se mantendrá alta durante un tiempo la deuda neta acumulada, actualmente de 1,23 billones de libras (1,46 billones de euros), equivalente a un 74,6 % del PIB.
Para seguir reduciendo el déficit y sufragando las ayudas a las empresas y pensionistas -con gran núcleo de votantes conservadores-, Osborne anunció que se limitará a 119.000 millones de libras (142.000 millones de euros) en 2015-16 el gasto en prestaciones totales (lo que excluye las pensiones del sector público y el subsidio del paro).
Está previsto que el gasto social sea en 2015 de 113.100 millones de libras (135.000 millones de euros) y que suba hasta 117.900 millones (141.000 millones de euros) en 2016.
En el apartado de ayudas, Osborne anunció que en abril se subirá de 10.000 a 10.500 libras anuales (11.900 a 12.540 euros) el umbral a partir del cual se pagará el impuesto sobre la renta y se elevará de 41.450 a 41.865 libras anuales (49.300 a 49.800 euros) el de entrada en la franja contributiva media, del 40 %.
Se subirá a un 15 % el impuesto por la compra de propiedades de 500.000 libras (600.000 euros) por parte de empresas y se aumentará un 2 % sobre la inflación la tasa sobre el tabaco, pero bajarán las del bingo y la cerveza y se congela la de la gasolina.
Osborne prometió 3.000 millones de libras (3.500 millones de euros) en créditos a bajo interés para los exportadores, ayudas por 7.000 millones (8.300 millones de euros) para rebajar el coste de la energía para las empresas y la extensión hasta 2020 de los avales a los compradores de primera vivienda.
Uno de los puntos fuertes del presupuesto, con un cariz más conservador que liberaldemócrata -solo los cambios en el impuesto sobre la renta son una aportación liberal-, son las facilidades a los ahorradores.
Osborne dijo que se elevará en julio a 15.000 libras (17.800 euros) el volumen de ahorros libres de impuestos, al tiempo que en 2015 se creará un bono para pensionistas con intereses favorables, en torno al 2,8 % anual o el 4 % a tres años.
En respuesta a este presupuesto, alabado por el sector empresarial y que ahora debe ser aprobado por el Parlamento, el líder de la oposición laborista, Ed Miliband, acusó al Gobierno de beneficiar a los ricos al no subirles los impuestos y de ignorar "la crisis de coste de la vida" que afecta a la mayoría de la población, con precios al alza y sueldos estancados.