Bruselas, 12 dic (.).- El Tribunal Europeo de Cuentas ha alertado este lunes de que la mitad de los fondos de ayuda que la Unión Europea (UE) da a sus países vecinos se verán "en gran medida afectados" por la guerra de Ucrania, y por eso pronostica "un futuro difícil" en materia de cooperación.
Para el organismo auditor de la UE, el contexto geopolítico actual "pone en peligro algunos de los resultados" logrados hasta ahora por los llamados fondos de cooperación transfronteriza, según un informe especial publicado este lunes.
Pagados mayoritariamente por los Veintisiete, estos programas tratan de promover el desarrollo social y económico de los países que limitan por tierra o por mar con las fronteras exteriores de la UE, ya sean en Europa del Este, el Norte de África, Oriente Próximo o incluso en la región del Cáucaso.
El Tribunal Europeo de Cuentas constata, en su informe, que estos fondos eran "uno de los escasos ámbitos de diálogo continuo entre la UE y Rusia", pero que, tras la invasión de Ucrania, ahora ha quedado congelado, como respuesta a la agresión militar.
La Comisión Europea dejó de financiar proyectos de cooperación con Rusia y Bielorrusia, aliada del Kremlin, y reasignó una parte de los fondos para ayudar a los refugiados ucranianos.
Ante esta situación, el Tribunal de Cuentas tiene "serias dudas" sobre la viabilidad de nueve de los diecisiete programas en los que estaba prevista la participación de Rusia y Bielorrusia durante el actual ejercicio financiero, entre 2021 y 2027.
Según la auditoría, estos nueve programas representan casi un tercio (unos 300 millones de euros) de la asignación prevista para el conjunto de los fondos de cooperación, que en total estiman que será de casi mil millones de euros para el período actual.
Además, en la cuenca mediterránea, el Tribunal Europeo de Cuentas también señala que "sigue siendo escaso" el número de proyectos conjuntos entre Israel y los países árabes de su entorno, aunque, por otra parte, admiten que la mera existencia de estos pocos proyectos comunes ya supone "un éxito en sí misma".
Por lo que respecta a los programas ya cerrados durante el último período de financiación, entre 2014 y 2020, los auditores de la UE afirman que, aunque se prestó "un apoyo valioso", la ejecución de los proyectos empezó con "mucho retraso" y no se resolvieron algunos problemas de coordinación.
Entre sus recomendaciones, el informe insta a la Comisión Europea a analizar si existen solapamientos geográficos entre las zonas de aplicación de los futuros programas comprometidos.
Además, también anima a Bruselas a adoptar una herramienta informática para notificar eventuales fraudes en la ejecución de los fondos, y a permitir que los organismos de lucha contra la corrupción de los países vecinos de la UE puedan notificar de forma directa posibles irregularidades.
Con todo, el Tribunal Europeo de Cuentas también sugiere al Ejecutivo comunitario que, una vez los proyectos hayan terminado, siga proporcionando a los receptores del programa en cuestión un asesoramiento en materia de sostenibilidad ambiental.