Budapest, 28 feb (.).- El banco ruso IIB, vinculado en el pasado al KGB y en cuyo accionariado está también Hungría, afronta el riesgo de insolvencia, según ha reconocido el propio Gobierno húngaro, debido a las sanciones contra Moscú por su invasión de Ucrania, informa hoy el portal Hvg.hu.
Uno de los directivos del Banco Internacional de Inversiones (IIB, por sus siglas en inglés) ha informado al resto de la dirección de que los fondos del banco fueron bloqueados por la sospecha de que la dirección esté bajo control del Gobierno ruso, según se desprende de una carta a la que ese medio asegura haber tenido acceso.
En esa misiva se explica que la financiera belga Euroclear ha bloqueado miles de millones de dólares en aplicación de las sanciones de la Unión Europea a Rusia por su invasión de Ucrania.
El propio Gobierno belga ha intervenido para que se mantenga el bloqueo.
Según esa carta, el IIB no ha podido demostrar que no está controlado por personas o entidades sancionadas por la UE.
El ministro de Gobernación húngaro, Gergely Gulyás, ya reconoció la semana pasada que es posible que la entidad haya agotado sus reservas, que podría estar sumida "en una grave crisis" y que hay dudas sobre "si el banco podrá salvarse o no".
El IIB, que en el pasado tuvo vínculos con el KGB, el espionaje soviético, y que tiene su sede en Budapest, es considerado por Estados Unidos como un "banco espía" de Rusia, recuerda Hvg.hu.
Eslovaquia y República Checa ya han salido del banco, Rumanía lo hará en junio y Bulgaria en agosto, con lo que Hungría será el único país europeo y de la Unión Europea en el accionariado de la entidad, en el que también están Cuba, Mongolia y Vietnam.
El primer ministro húngaro, el ultranacionalista Víktor Orbán, es el líder comunitario que mejores relaciones tiene con Moscú.
El pasado 17 de febrero se filtraron varios documentos, entre ellos una carta, supuestamente escrita por el ministro húngaro de Desarrollo Económico, en la que pide al Ministerio belga de Finanzas que desbloquee los fondos, agrega Hvg.
La sede del IIB fue trasladada en abril de 2019 a Budapest, donde a los empleados se les concedió un estatus semejante al de los diplomáticos, por lo que no tienen que pagar impuestos y quedan exentos de procedimientos legales por sus acciones.