Banqueros lusos se defienden de las críticas del Gobierno por no dar créditos

Lisboa, 17 abr (EFE).- Los responsables de algunos de los mayores bancos portugueses defendieron hoy su actuación frente a las recientes críticas del Gobierno luso, que reclama a las entidades financieras estimular la concesión de préstamos.

El presidente del Banco Espírito Santo (BES), Ricardo Salgado, y su homólogo en el Banco Portugués de Inversiones (BPI), Fernando Ullrich, justificaron esta caída del crédito por la falta de emprendedores con ánimo de invertir y la necesidad de dar prioridad a la sostenibilidad de sus cuentas en el actual contexto de crisis.

La dificultad para encontrar financiación fue señalada como uno de los principales problemas del país el pasado fin de semana por el primer ministro luso, Pedro Passos Coelho, en línea con lo ya manifestado por los organismos internacionales que supervisan su rescate.

"Los proyectos de inversión se cuentan con los dedos de una mano", argumentó gráficamente hoy en declaraciones a los periodistas el dirigente del BES, el único de los grandes bancos lusos que no ha precisado fondos públicos.

Salgado incidió en que las entidades lusas "afrontan muchas restricciones", algunas de ellas imposiciones de la UE y el Fondo Monetario Internacional, que "obligan a tener mucho cuidado en la concesión del crédito", recordó.

Desde el BPI, al que el Estado luso ayudó con 1.500 millones de euros procedentes de la ayuda financiera internacional, Ulrich recalcó que actualmente "la principal responsabilidad de un banco es proteger los depósitos y no el dar préstamos".

El banquero, quien ayer reconoció sentirse "perplejo" por las declaraciones de Passos Coelho, aseguró hoy, no obstante, estar comprometido para ayudar a estimular el crédito y con ello "colocar la economía portuguesa en la senda del crecimiento".

A estas críticas a las entidades financieras portugueses no se escapa la estatal Caixa Geral de Depósitos (CGD), que también necesitó de ayuda pública y sobre la que analistas y líderes de opinión se cuestionan estos días cuál es su verdadera función si no colabora en la recuperación económica en la actual coyuntura.

Las previsiones oficiales del Gobierno estiman para 2013 una recesión del 2,3 % -sería así el tercer año consecutivo con caída del PIB- y que la tasa de paro llegue a tocar el 19 %.

Pese a las críticas de movimientos sociales y oposición, el Ejecutivo conservador luso se mantiene firme en su intención de continuar con las políticas de austeridad, que considera han sido fundamentales para conseguir más tiempo para cumplir con sus objetivos de déficit y aplicar todos los ajustes previstos. EFE