Barcelona, 23 feb (.).- Los hoteles de Barcelona volverán a tener alguna noche de plena ocupación durante los días centrales del Congreso Mundial de Móviles (Mobile World Congress, MWC), que se celebra la semana que viene en la ciudad, pese a que todavía no se alcanzarán las cifras prepandemia, ya que solo habrá una recuperación parcial de los congresistas asiáticos.
El director general del Gremio de Hoteles de Barcelona, Manel Casals, ha asegurado a EFE que "el Mobile ha vuelto" y que los hoteleros están "emocionados" de empezar a tener alguna noche con prácticamente una ocupación del 100 %, después de estar 24 meses cerrados y con importantes restricciones por la pandemia.
"Será una edición muy buena", ha dicho, aunque todavía no alcanzará los niveles de 2018 o 2019, en buena parte debido a la menor asistencia de congresistas asiáticos, especialmente chinos.
A principios de febrero, el Gremio de Hoteles ya aventuró que la ocupación hotelera durante el congreso tecnológico, que tendrá lugar entre el 27 de febrero y el 2 de marzo, oscilará entre un 90 y un 95 % y que los precios de los establecimientos estarán entre un 5 y un 10 % por debajo de los de 2019.
La asistencia de visitantes asiáticos todavía no se recuperará durante esta edición, pese a que los congresistas procedentes de Corea ya alcanzan las tasas de 2019 y los japoneses superan la afluencia de 2022, pero sin alcanzar las cifras prepandemia.
La presencia de congresistas chinos solo se recupera de manera parcial, entre otras cosas, debido al retraso que ha habido en la apertura de sus fronteras tras la pandemia.
El socio de la promotora y consultora inmobiliaria 3Capital Juan Gallardo ha explicado a EFE que este hecho tendrá un "impacto sobre el gasto medio y las pernoctaciones de los huéspedes vinculados al MWC porque se trata de los visitantes, junto a los norteamericanos, más numerosos, con mayor capacidad de gasto y con estancias medias más largas".
El Congreso Mundial de Móviles (MWC) prevé reunir a unas 80.000 personas en su edición de 2023 y generar un impacto económico superior a los 350 millones de euros en Barcelona y su zona de influencia, unas cifras considerablemente superiores a las del año pasado pero lejos aún de las de antes de la pandemia.
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