El viernes, Barclays revisó sus previsiones financieras para Rivian Automotive (RIVN), reduciendo el precio objetivo de las acciones del fabricante de vehículos eléctricos de 12 a 10 dólares, aunque sigue recomendando las acciones como una inversión moderada. La revisión se debe a que la empresa se enfrenta a mayores limitaciones financieras, que se espera ralenticen su crecimiento en las cifras de producción.
Barclays señaló un cambio de estrategia con el inicio previsto de la producción del modelo R2 de Rivian en sus instalaciones de Normal y el retraso de su nueva fábrica en Georgia como principales motivos de esta actualización. Es probable que este enfoque reduzca la necesidad de financiación adicional, pero también retrasa significativamente el calendario para que Rivian aumente la producción. El banco ha rebajado su previsión sobre el número de vehículos que Rivian producirá a finales de la década de 2020, señalando una menor demanda del modelo R1 de Rivian y de sus furgonetas comerciales, así como un aumento más lento de la producción del modelo R2.
La reducción de costes es un objetivo clave para Rivian en su intento de capear el declive del mercado de vehículos eléctricos, que ha provocado una caída del 58% en el precio de sus acciones desde principios de año, en marcado contraste con la subida del 6% del S&P 500. La decisión de otorgar a la acción una calificación de inversión moderada se tomó en febrero, tras observar una menor demanda del modelo R1S de Rivian. Además, una previsión de producción para 2024 que no mostraba crecimiento respecto al año anterior ha afectado negativamente a la confianza de los inversores.
Como reacción a estos obstáculos, Rivian ha modificado su plan retrasando la construcción de su fábrica de Georgia y optando por iniciar la producción inicial del modelo R2 en unas instalaciones ampliadas en Normal. Se espera que este nuevo plan lleve al inicio de la producción del R2 en el primer semestre de 2026, antes de lo previsto anteriormente para el segundo semestre de 2026 en Georgia. También se espera que este cambio recorte los gastos de capital en 2.250 millones de dólares, que corresponden a inversiones de capital, desarrollo de productos y gastos de proveedores.
Aunque Barclays reconoce los puntos fuertes de las decisiones de gestión de Rivian, el banco también señala los compromisos que conllevan, especialmente el aplazamiento de la oportunidad de producir a gran escala debido al retraso de la fábrica de Georgia. El banco prevé que Rivian tendrá una capacidad de producción menor hasta al menos finales de esta década. A pesar de estas actualizaciones y de la reducción del precio objetivo de la acción, Barclays sigue considerando prometedoras las perspectivas a largo plazo de Rivian como fabricante dedicado a vehículos eléctricos con control total sobre su producción, razón por la cual el valor mantiene su calificación de inversión moderada.
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