Tokio, 25 ago (EFE).- La Bolsa de Tokio volvió a desplomarse hoy casi un 4 por ciento y registró su nivel más bajo en casi seis meses lastrada por una nueva jornada de pánico en la Bolsa de Shanghái que continúa alimentando las dudas sobre la economía China.
El índice Nikkei de la Bolsa de Tokio cerró con una bajada de 733,98 puntos, un 3,96 por ciento, y se situó en las 17.806,70 unidades, mientras que el segundo indicador, el Topix, que agrupa a los valores de la primera sección, retrocedió 48,22 puntos, un 3,25 por ciento, hasta las 1.432,65 unidades.
El parqué tokiota abrió con fuertes pérdidas arrastrado por las caídas registradas en Wall Street y las principales bolsas europeas.
El selectivo Nikkei consiguió recuperarse a media sesión y ganó casi un dos por ciento después de que los inversores recuperaron el ánimo tras escuchar la reacción de los ministros nipones de Finanzas, Taro Aso, y el de Política Económica y Fiscal, Akira Amari, que adoptaron una postura "serena" ante la situación.
El respiro fue momentáneo, y la Bolsa de Tokio volvió a caer bruscamente durante la segunda mitad de la negociación siguiendo las pérdidas de la Bolsa de Shanghái, que cayó un 7,63 % al cierre.
Con esta son seis las jornadas consecutivas que Tokio cierra en números rojos, la peor racha de bajadas en la administración del actual primer ministro japonés, Shinzo Abe, que llegó al poder en diciembre 2012.
Los sectores que lideraron las pérdidas fueron el de las casas de almacenes, el de los metales no ferrosos y el del metal y el acero.
La apreciación del yen frente al dólar también se dejó sentir en el parqué tokiota.
Esta tendencia que perjudica a las grandes exportadora niponas asestó un duro golpe a grandes fabricantes de automóviles como Mitsubishi Motors (TOKYO:7211) y Mazda Motor (TOKYO:7261), que retrocedieron un 6,5 por ciento y un 5,7 por ciento, respectivamente.
En la primera sección, 1.751 valores retrocedieron frente a 116 que avanzaron, mientras que 25 cerraron en tablas.
El volumen de negocio ascendió a 4,924 billones de yenes (35.739 millones de euros), por encima de los 4,107 billones de yenes (29.808 millones de euros) de la víspera.