Ángel Gómez
Nueva York, 31 dic (EFE).- Wall Street cerró la sesión de hoy, y el año, con una pérdida pronunciada, aquejada por una caída en los últimos minutos que terminó por dejar mal sabor de boca para un ejercicio que no ha logrado convencer.
El Dow Jones de Industriales, el principal indicador del parqué neoyorquino, terminó hoy con un descenso del 1,02 %, parecido a la caída del 0,94 % que tuvo el selectivo S&P 500 y del 1,15 % que perdió el índice compuesto del mercado Nasdaq.
En medio de gritos de alegría de los operadores, algunas botellas de champán colocadas en mesas del parqué y con la idea de que, a estas alturas no había mucho más que se podría hacer para salvar el año, Wall Street hizo borrón y cuenta nueva.
El año ha sido bueno solo para el Nasdaq, que ha alcanzado niveles que no veía desde que estallara la burbuja tecnológica del año 2000, pero no lo ha sido para sectores como el energético, que ha sufrido mucho durante 2015.
La fecha de hoy fue para las típicas correcciones de cartera de última hora, que pueden agudizar las caídas cuando la tendencia es a la baja o impulsar las ganancias cuando el ánimo es distinto.
A partir de ahora, por lo tanto, se abre otra página y otro año. "Creo que los grandes movimientos ya se han hecho y los inversores se están preparando para el siguiente año", afirmó el analista financiero Adam Sarhan.
Wall Street seguirá pendiente en 2016 de los dos temas que han obsesionado a los operadores: las decisiones de la Reserva Federal (Fed) por las tasas de interés y la caída de los precios del crudo.
El primer tema, según los analistas, seguirá generando volatilidad en el mercado, que ha vivido jornadas locas durante este año, y que se cree que se repetirán según se vayan aclarando las fechas del calendario.
"La Fed va a inyectar más volatilidad", afirmó hoy el analista de la cadena CNBC Tim Seymour
Y respecto al segundo tema, el desplome de los precios del crudo, no hay mucho que se pueda hacer: esperar.
Ni los productores tienen interés en recortar los suministros para reducir el exceso de oferta, ni las economías mundiales están con la suficiente salud para impulsar la demanda.
De momento, para Wall Street hoy era momento para cerrar carteras, recoger papeles y celebrar en privado el final de 2015. El lunes será otro día, y otro año.