Luxemburgo, 25 oct (.).- La CE calcula que extender la excepción ibérica para el gas a toda la UE tendría un "beneficio neto" de 13.000 millones de euros y aliviaría la inflación, pero también conduciría a un mayor consumo del hidrocarburo, principalmente por las exportaciones de electricidad barata a Reino Unido y Suiza.
Además beneficiaría a unos países más que a otros, según consta en un documento de trabajo elaborado por el Ejecutivo comunitario de cara a la reunión de ministros de Energía que tiene lugar este martes en Luxemburgo, en la que los Veintisiete debatirán el último paquete de emergencia para atajar el elevado precio del gas en línea con lo pactado por los líderes en la cumbre de la pasada semana.
El texto contiene un resumen del impacto que tendría instalar en la UE un mecanismo inspirado en el modelo ibérico, en el que se redujese el precio al que las plantas de gas acudan a las subastas de electricidad y los Estados miembros compensen la diferencia entre este tope y el precio observado en el índice TTF.
Las autoridades comunitarias remarcan, no obstante, una diferencia con respecto al modelo instaurado en España y Portugal: el mecanismo europeo no subsidiaría en ningún caso las plantas de carbón.
En primer lugar, el documento de Bruselas plantea un tope al gas para generar electricidad equivalente a una cotización en el TTF de unos 100-120 euros por (MWh) para encontrar un "equilibrio" entre potenciar la efectividad de la medida y también evitar que las plantas de gas sean "tan atractivas que se aumente su uso y se reduzca la generación con tecnologías alternativas".
"Añadir este mecanismo por encima del tope a las tecnologías inframarginales produciría por tanto un beneficio neto de aproximadamente 13.000 millones de euros por encima de los 70.000 millones del tope inframarginal. Este beneficio neto podría tener un efecto positivo en la inflación general", apunta el texto.
A pesar de que el límite sugerido por el texto busca minimizar el aumento del consumo de gas, Bruselas cree que la demanda se incrementaría aun así entre 5.000 y 9.000 millones de metros cúbicos, principalmente por las exportaciones de electricidad subsidiada a terceros países.
Predecir la "cantidad exacta" de gas utilizado para producir electricidad como consecuencia de la medida es "muy complicado", avisa la Comisión, para añadir después que "el incremento global puede ser mayor" que la estimación anterior.
De hecho, el Ejecutivo comunitario reconoce que la efectividad de la medida depende en gran medida de la cantidad subsidiada que fluye a vecinos que no forman parte del club, como Reino Unido o Suiza, puesto que disminuirían los beneficios netos estimados.
Resolver esto requeriría llegar a acuerdos con los países beneficiados para que extiendan el modelo "más allá de las fronteras de la UE" o fijar un proceso de casación doble, que establezca un precio dentro de la UE y otro para las exportaciones.
Esta segunda opción, sin embargo provocaría un "cambio significativo" en el funcionamiento de los mercados eléctricos del bloque y además chocaría con acuerdos internacionales que prohíben unos precios de exportación más elevados (como el propio acuerdo del Brexit con Reino Unido).
Otro problema que ven las autoridades comunitarias es que los países con mayor proporción de gas en la producción de electricidad (Alemania, Países Bajos e Italia) tendrán que pagar unas compensaciones mucho mayores a las plantas de gas, mientras que los importadores netos recibirán electricidad subsidiada por otros socios (el mayor beneficiado sería Francia).
La manera "más efectiva" de abordar estos "efectos de distribución" entre Estados miembros sería, a juicio de la Comisión, crear un "esquema europeo que redistribuya los costes", aunque sería "difícil de diseñar por la falta de estadísticas fiables y retos políticos".
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