Barcelona, 8 abr (EFE).– CCOO de Cataluña ha denunciado hoy “la gran precariedad laboral” que sufren los repartidores de plataformas digitales como Glovo, Deliveroo o Uber (NYSE:UBER) Eats, así como el “abuso de poder” que ejercen estas empresas sobre los trabajadores.
El sindicato sostiene que las condiciones laborales de los repartidores a domicilio se han agravado con la pandemia, debido a una reducción de las tarifas por pedido y a una mayor competencia, “fruto de la necesidad” de las personas por obtener ingresos.
CCOO analiza la situación de este colectivo en el informe “Repartidores y repartidoras de plataforma digital: condiciones laborales, necesidades, demandas y perspectivas", una investigación cualitativa basada en 18 entrevistas en profundidad realizadas a trabajadores del sector 'delivery'.
Los repartidores autónomos entrevistados relatan jornadas de hasta 10 horas, con unos ingresos mensuales de 1.500 euros, que no dependen del tiempo trabajado, sino del número de pedidos realizados.
Según los mismos trabajadores, antes de la pandemia de la covid-19 sus ingresos máximos podían llegar a los 3.500 euros.
En rueda de prensa, la responsable de Nuevas Realidades del Trabajo de CCOO en Cataluña, Carmen Juares, ha resaltado “la situación de estrés” que viven los repartidores, provocada por las presiones que ejercen las plataformas por los horarios, la dependencia del número de pedidos y la relación con los clientes.
Además, 11 de los 18 trabajadores entrevistados afirman que las mujeres sufren más casos de acoso sexual y robos, por lo que algunas deciden limitar su actividad a un horario y una zona urbana concreta para evitar estas situaciones.
En algunas ocasiones, las repartidoras relatan haber sido penalizadas con tres días sin poder trabajar “por rechazar un número elevado de pedidos”.
CCOO también denuncia el riesgo de accidentes y “la desvinculación total” de las plataformas en cuanto ocurre uno, argumentando que “no existe una relación laboral”, lo que, para el sindicato, “contrasta con la sentencia del Tribunal Supremo que declara como laboral la relación entre un repartidor y Glovo”.
Según Dani Garrell, miembro del Centro de Estudios e Investigaciones Sindicales de CCOO, “estamos ante un modelo de negocio que se basa en intentar controlar al máximo al trabajador y, al mismo tiempo, eludir al máximo la responsabilidad sobre el trabajador”.
La situación se agrava en las personas extranjeras que trabajan de forma irregular y que, mediante el alquiler de las cuentas de otros trabajadores, alcanzan unos ingresos máximos de 900 euros al mes con jornadas laborales de entre 9 y 10 horas.
Por este motivo, el sindicato ha exigido “una flexibilización de la ley de extranjería” que pueda regularizar la situación administrativa de estas personas, con el objetivo de defender sus derechos laborales y frenar "el abuso de las plataformas" sobre ellas.