Bruselas, 22 nov (.).- La Comisión Europea (CE) y el Banco Central Europeo (BCE) consideran que el impuesto a la banca "probablemente" tendrá un impacto adverso sobre la rentabilidad de las entidades españolas en los próximos años y reducirá su capacidad de generar capital.
Así lo recogen en su último informe de supervisión de la economía española tras el rescate europeo a la banca en 2012, publicado este martes tras la visita de los técnicos a España en septiembre.
En el mismo, concluyen que el sector bancario siguió siendo "resiliente" este año puesto que los potenciales efectos abruptos tras la expiración de las medidas de apoyo por la pandemia "no se han materializado", pero advierte de que tienen que vigilarse "de cerca" los efectos derivados de la subida de los precios de la energía y los tipos de interés.
Señalan que ese apoyo por el covid ayudó a preservar la calidad de los activos de la banca, que siguió mejorando en la primera mitad de 2022, que el ratio de préstamos fallidos bajó al 3,88 %, su nivel más bajo desde 2009, y que la rentabilidad fue "robusta" al inicio de 2022.
Sin embargo, apuntan a que el aumento de los intereses y de los precios energéticos podrían afectar negativamente la capacidad de los clientes para devolver sus préstamos y que la tasa a la banca "probablemente tendrá un impacto adverso en la rentabilidad de los bancos en los próximos años y reducirá su capacidad de generar capital orgánicamente".
El documento recuerda que la banca española sigue teniendo una capitalización más baja que otros países de la Unión Europea (UE), siendo la segunda menor el capital de máxima calidad (CET 1) solo por detrás de Grecia, y que este aspecto tiene que ser vigilado por la subida de la luz y los tipos de interés, a lo que se suma el esperado impacto de la tasa sobre los beneficios.
En este sentido, el informe afirma que "es crucial que el diseño final de la tasa sea proporcionado y evite consecuencias injustificadas en la estabilidad financiera y el sector financiero".
El impuesto previsto gravaría un 4,8 % los ingresos por tasas e intereses netos de los bancos con ingresos superiores de 800 millones de euros por este concepto en 2019 y se aplicaría hasta 2024.
Sobre la situación general de la economía española, las instituciones recuerdan que el producto interior bruto (PIB) siguió creciendo en 2022 a pesar de las "crecientes perturbaciones" por la guerra en Ucrania, pero que se prevé "una rápida ralentización en 2023" y los riesgos "se inclinan a la baja".
En cuanto a las finanzas públicas, señalan que los altos niveles de déficit y deuda públicos "siguen siendo una fuente de vulnerabilidad" pese a que en 2022 se produjo una mejora debido a la "fuerte" recaudación tributaria.
En general, la Comisión y el BCE no ven riesgos para que España siga reembolsando los 41.333 millones de euros que recibió en 2012 para sanear y reestructurar su sector bancario, pese a que sus necesidades financieras para 2023 ascienden al 20 % de su PIB.
Aunque el BCE seguirá subiendo los tipos, la política de compra de deuda del emisor unido al uso de los fondos de recuperación y al perfil "favorable" de la deuda española ayudarán a afrontar este coste, señalan.
Las instituciones comunitarias supervisan a los países que recibieron rescates financieros hasta que devuelven el 75 % de los mismos con visitas semestrales.