Barcelona (España), 19 jun (EFE).- El grupo español Cementos Molins prevé abandonar las pérdidas en España este año y calcula que, por la contención de la caída del mercado español y el comportamiento de México, cerrará 2014 triplicando sus beneficios, al pasar de los 10 millones de euros de 2013 a unos 30 en 2014.
En un encuentro con periodistas con motivo de la junta general de accionistas de esta compañía familiar, el vicepresidente y consejero delegado, Joan Molins, ha explicado que espera que el consumo de cemento "probablemente" toque fondo este año en España y tarde algo más en hacerlo en Cataluña por la mayor debilidad de la obra pública.
Cementos Molins, que el año pasado tuvo un beneficio bruto de explotación (Ebitda) de 171 millones de euros en el extranjero y negativo en 12,7 millones en España, confía en que cerrará 2014 con un Ebitda positivo en España, aunque el director general financiero del grupo, Carlos Martínez, ha matizado que los gastos financieros aún impedirán un resultado positivo al completo en España.
Molins ha asegurado que su propósito es que España vuelva a recuperar poco a poco los números positivos, de manera que en 2017 el beneficio de la compañía en todo el mundo sea de unos 100 millones, principalmente gracias al extranjero, la misma cantidad que una década antes.
En cualquier caso, Molins ha dado por supuesto que el mercado español nunca volverá a aportar los volúmenes de negocio de los años del auge inmobiliario, si no en torno a una tercera parte.
En esta misma línea, el director general de operaciones, Salvador Fernández, ha dado por acabados los ajustes de plantilla de la compañía en España tras los recortes adoptados en 2011 y 2012.
El año pasado Cementos Molins ganó 10 millones de euros, un 77 % menos que el año anterior, gracias principalmente a que el negocio en el extranjero volvió a compensar las pérdidas registradas en España.
Para reforzar el negocio internacional del grupo, Cementos Molins prevé seguir invirtiendo en el exterior y planea construir entre 2015 y 2016 un segundo horno de producción de cemento en Veracruz (México), lo que requerirá una inversión de unos 180 millones de dólares de los cuales la compañía catalana asumirá aproximadamente un tercio.
Cementos Molins también prevé invertir para mejorar la planta que tiene en San Luis (Argentina) y quiere construir en los próximos años otros dos hornos de producción, aunque sus directivos no han detallado cuánto sumarán estas inversiones.
En cuanto al mercado español, ha asumido que, debido a la debilidad del sector, se deberán seguir cerrando fábricas y que puede haber más concentraciones de empresas.
En noviembre de 2013, Cementos Molins pagó 40 millones de euros por quedarse la clientela y la fábrica de Cemex en Sant Feliu de Llobregat (Barcelona), una fábrica que el consejero delegado de la compañía ha asumido que "un día u otro se tendrá que demoler".
"Un día u otro la tendremos que liquidar, esto es seguro, pero sobre el plazo para hacerlo no tenemos ninguna decisión tomada", ha asegurado Molins, mientras que el director general de operaciones, Salvador Fernández, ha comentado que "difícilmente" se volverá a poner en marcha esta planta salvo que el mercado de la construcción diera un vuelco.
Fernández ha comentado que esta adquisición ha permitido que la fábrica de Cementos Molins en Sant Vicenç dels Horts (Barcelona), que destina el 70 % de lo que produce al extranjero (principalmente para África Occidental y Brasil) y el 30 % restante al mercado nacional, mantuviera su cuota en el mercado doméstico.
En cualquier caso, Molins ha admitido que en Cataluña, donde hay seis cementeras, siguen sobrando empresas y plantas cementeras.
Cementos Molins está presente en Argentina, México, Uruguay, Túnez, Bangladesh y hace tres meses que recibió las autorizaciones para su fábrica en China, aunque Molins no se ha atrevido a decir cuándo empezará a producir dicha planta.