Atenas, 1 dic (EFE).- La primera huelga general a la que se ha tenido que enfrentar el Gobierno dirigido por el tecnócrata Lukás Papadimos, la séptima de 2011 en Grecia, tuvo un seguimiento masivo en ciertos sectores económicos aunque menor que en anteriores ocasiones.
Los principales sindicatos del país -la Confederación General de Trabajadores (GSEE) y la Confederación de Asociaciones de Funcionarios (ADEDY)-, que en total representan a unos dos millones de afiliados, convocaron esta jornada en protesta por los recortes previstos en los presupuestos de 2012, que incluyen nuevas reducciones de salarios y pensiones, además de despidos masivos de funcionarios y aumento de los impuestos indirectos.
En declaraciones a Efe, un portavoz de GSEE, Stathis Anestis, aseguró que la participación en la huelga ha sido de más del 90 % en la construcción, la industria del acero, los puertos, la marina mercante, los astilleros, las refinerías, Correos y las compañías estatales de telecomunicaciones y gestión de aguas, mientras que una fuente de ADEDY explicó que el seguimiento entre los funcionarios ha sido "grande", pero no quiso dar cifras.
Con todo, Efe pudo comprobar que muchos comercios y oficinas bancarias del centro de Atenas abrieron al público.
Las escuelas y universidades, así como los tribunales, también estaban llamados a la huelga de 24 horas, pero su participación fue desigual.
Los ferrocarriles y el transporte marítimo pararon durante todo el día, mientras que los sindicatos del transporte urbano (metro, tranvía, autobuses y trolebuses) convocaron paros al inicio y al final de la jornada.
Según informaron a Efe fuentes aeroportuarias, ningún vuelo se ha visto afectado por el paro, ya que el sindicato principal de controladores aéreos y los trabajadores de las aerolíneas decidieron ayer no sumarse a la huelga.
Bajo una pancarta con el lema "¡Que paguen los culpables (de la crisis) y los evasores fiscales! ¡No nosotros!", miles de manifestantes recorrieron el centro de Atenas hasta concurrir frente al parlamento griego.
La policía aseguró que unas 12.000 personas participaron en la marcha y que la mayoría lo hicieron dentro del cortejo del sindicato comunista PAME, mientras que los medios griegos elevan la participación hasta entre 17.000 y 20.000 personas.
"El Gobierno ha cambiado pero las políticas siguen siendo las mismas: injustas, inmerecidas e ineficientes y que cargan todo el peso en los empleados, los pensionistas y los parados", criticó Yannis Panagopulos, presidente de GSEE.
"Es inaceptable que los ricos se estén haciendo más ricos y los pobres más pobres", añadió y prometió continuar la lucha.
En declaraciones a la emisora STEP 99.5 el secretario ejecutivo de PAME, Alekos Arvanitidis, dijo que la huelga de hoy fue "una movilización exitosa" y que "la atmósfera de pasión se ha contagiado a todo el país", aunque acusó a GSEE y ADEDY de dar pasos atrás, favoreciendo los planes del Gobierno en su política de recortes.
En los canales de televisión griegos creó cierta polémica el hecho de que el vicepresidente del Gobierno, el socialista Theodoros Pangalos, dijese, en declaraciones a un medio francés, que los manifestantes y huelguistas son "gilipollas comunistas y fascistas".
Hasta las 15.30 hora local (13.30) no se habían producido disturbios en las diversas manifestaciones que recorren las principales ciudades del país, a excepción del ocurrido en la sede del Partido Socialista Panhelénico (PASOK) en Atenas, al que un grupo presuntamente anarquista lanzó un cóctel molotov, según informó la Agencia Ateniense de Noticias.EFE