Adrià Calatayud
Pekín, 1 oct (.).- China era conocida como el "reino de las bicicletas" hasta que los coches las adelantaron en popularidad, pero ahora un pelotón de emprendedores está tecnificando las dos ruedas para devolverlas al primer plano de la movilidad urbana.
Imitando la revolución de Uber o su equivalente chino Didi Chuxing en la industria del taxi, en el gigante asiático han aparecido varias aplicaciones que ofrecen a sus usuarios, previo pago, el uso compartido de bicicletas.
En las calles de Pekín y Shanghái ya es común ver las bicicletas grises de Mobike o las amarillas de Ofo, los dos casos más destacados de esta nueva generación de aplicaciones, y las empresas que las crearon empiezan a recibir financiaciones millonarias de inversores dispuestos a apostar por el próximo gran negocio.
Una de quienes que pedalea en las de Mobike en Pekín es Shen Huahua, una profesora particular de chino que recorre cada día en metro diferentes barrios de Pekín y utiliza la bici para ir más rápido de las paradas del suburbano a las casas de sus alumnos.
"La idea de Mobike es muy buena, porque, después de utilizar la bicicleta, la podemos dejar en un sitio cerca de donde vayamos y otras personas la podrán seguir utilizando", comenta a Efe Shen.
Las bicicletas han ido perdiendo en China el protagonismo que tuvieron tiempo atrás en favor de los vehículos motorizados, aunque esta nueva oleada de ciclistas 2.0 ha redescubierto sus ventajas para la salud y el medio ambiente y se dispone a sortear el tráfico y la contaminación sobre dos ruedas.
"Nuestra meta es que la gente pueda tener una bicicleta para desplazarse en cualquier momento y en cualquier lugar", afirma a Efe Li Zekun, director de relaciones públicas de Ofo.
Esta compañía fue fundada en el otoño de 2014 por estudiantes de la Universidad de Pekín a los que les encargaron en clase diseñar un proyecto de empresa y, sin cumplir dos años de existencia, recibió esta semana una inversión de "decenas de millones de dólares" de Didi Chuxing, una de las firmas emergentes más valiosas del mundo.
Ofo ofrece a los usuarios que se registren en su aplicación pagando un depósito de 99 yuanes (menos de 15 dólares, algo más de 13 euros) la posibilidad de desplazarse en sus bicicletas a un precio de 0,01 yuanes (0,15 centavos de dólar, 0,13 céntimos de euro) por minuto.
Para utilizar sus bicicletas, el usuario tiene que registrarse, buscar en la aplicación la bici más cercana y desbloquearla escaneando con el teléfono un código QR antes de ponerse a pedalear.
Su modelo está pensado para recorrer rápidamente trayectos cortos y ya ha logrado captar a 1,5 millones de usuarios en 20 millones de ciudades chinas que completan medio millón de viajes diarios en sus 70.000 bicicletas.
"No queremos tener muchas bicicletas, sino que a través de la plataforma de Ofo, se puedan compartir las que no se están utilizando", explica Li.
El funcionamiento de Mobike, nacida este año en Shanghái, disponible desde hace unas semanas en Pekín y con planes de expansión a Cantón (sur), es similar, aunque más caro: su depósito cuesta 299 yuanes (45 dólares, 40 euros) y se paga 1 yuan (0,15 dólares, 0,13 euros) por cada media hora de uso.
No es casualidad que la mayor inversión que han recibido hasta ahora estas empresas sea la que Ofo obtuvo de Didi, una compañía que crece rápido -en agosto adquirió el negocio en China de su competidora Uber- dedicándose al transporte compartido.
"Ofo se hace eco de la visión de Didi de una economía compartida donde el uso y el acceso prácticos preceden a la propiedad al definir la calidad de la futura vida urbana", señaló Didi al anunciar su inversión.
Tanto Ofo como Mobike compiten con los servicios públicos de alquileres de bicicletas, aunque con la ventaja de que no tienen puntos de aparcamiento fijos y pueden dejarse en cualquier sitio.
Tras la aparición de estas empresas, el gobierno municipal de Pekín ha decidido extender la red de carriles especiales para los ciclistas y también redoblar su apuesta por su servicio de alquiler de bicicletas ampliando su flota con 10.000 nuevas unidades.
Así, la batalla por el negocio de las bicis compartidas está servida en China y, aunque acaba de empezar, por el momento se anticipa un claro ganador: los ciclistas.