Jesús Centeno
Pekín, 7 dic (.).- La Unión Europea (UE) y China celebraron hoy en Pekín su primera cumbre presencial desde 2019, en la que limaron asperezas conscientes de que están condenadas a entenderse, aunque sin grandes anuncios en los principales asuntos de fricción, como el déficit comercial y la ambigüedad china ante la guerra de Ucrania.
Del lado europeo, la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, y el del Consejo, Charles Michel, quienes se desplazaron a Pekín para dejarle claro al líder chino, Xi Jinping, que el desequilibrio comercial, de 400.000 millones de euros favorable a China, es "insostenible", en palabras de la mandataria alemana.
Von der Leyen y Michel afirmaron en una rueda de prensa conjunta tras reunirse hoy tanto con Xi como con el primer ministro del país asiático, Li Qiang, que la UE necesita "más acceso al mercado chino", y pidieron a Pekín "medidas concretas" para "mejorar el entorno de inversión para los inversores y exportadores de la UE".
Se trata de lograr "una relación económica más equilibrada, en igualdad de condiciones y reciprocidad", según la alemana, que citó agravios como la falta de transparencia en el entorno empresarial o barreras comerciales.
"La UE no tiene intención de desacoplarse", aseveró Michel, al tiempo que defendía la política europea de "eliminación de riesgos" que busca "gestionar dependencias críticas en sectores específicos".
En la reunión con Xi, de carácter protocolario, Von der Leyen apostó por gestionar la relación "desde la responsabilidad" dados "los intereses económicos y geopolíticos comunes", mientras que el líder chino enfatizó que el gigante asiático y los Veintisiete, "fuerzas que impulsan la multipolarización y la globalización", deben "proporcionar más estabilidad y liderazgo al mundo".
Michel puntualizó que, durante el encuentro con Li, se trataron temas más concretos y que él mismo expuso en profundidad una lista específica de todos los agravios con elementos "sobre los que hablar en discusiones de alto nivel".
Pekín destacó que las conversaciones de hoy fueron "constructivas" y que sobre todo sirvieron para "profundizar la comunicación estratégica", dijo Wang, resaltando que Pekín y Bruselas consensuaron "reafirmar el compromiso con respecto a la apertura en ambas direcciones".
Y es que si la UE presenta quejas, Pekín no se queda a la zaga y los representantes chinos pidieron igualmente "un entorno de negocios no discriminatorio" para las empresas chinas en el viejo continente.
Asimismo, el diplomático rechazó las acusaciones de algunas voces en Bruselas que critican los subsidios que Pekín concede en algunos sectores clave, como el de los coches eléctricos, y declaró que "las industrias se desarrollan gracias a la innovación, no a las subvenciones".
Al margen, ambas partes también hablaron sobre la cooperación climática: la UE reconoció "la intención de China de abordar las emisiones de metano", aunque pidió a Pekín que se una al compromiso global de triplicar la capacidad de las renovables.
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