Copenhague, 7 dic (EFE).- El administrador judicial de Saab Automobile, Guy Lofalk, solicitará hoy al tribunal de Vänersborg (Suecia) que suspenda el proceso de reestructuración del fabricante de coches sueco, informó su propietaria, Swedish Automobile (SWAN).
Ese mismo tribunal había autorizado el pasado 31 de octubre a reanudar la reestructuración después de que días antes SWAN llegara a un acuerdo con los inversores chinos Youngman y Pang Da para venderles Saab Automobile por 100 millones de euros.
Pero la operación está parada desde hace semanas por la negativa de General Motors, anterior propietaria de Saab Automobile y dueña aún de los derechos sobre la tecnología de los vehículos del fabricante sueco, a autorizar el acuerdo, ya que podría perjudicar sus propios intereses en el mercado chino.
La multinacional estadounidense rechazó también por el mismo motivo otra solución alternativa en la que SWAN mantenía una participación en Saab y un banco chino entraba como inversor.
"La dirección de Saab debe estudiar cómo seguir hacia adelante y continuar las discusiones con Youngman para resolver la cuestión de la financiación para poder pagar los sueldos y continuar la reestructuración", señaló SWAN en un comunicado.
Una vez que la solicitud sea presentada, tanto Saab Automobile como sus acreedores tendrán menos de una semana para presentar sus objeciones ante el tribunal.
La decisión del administrador judicial vuelve a colocar sobre el fabricante sueco la amenaza de la desaparición, ya que si se para la reestructuración, los acreedores y empleados, a los que se adeuda la última nómina, podrían presentar solicitudes de quiebra por impago.
Saab Automobile ha estado bajo reestructuración desde el 21 de septiembre, cuando así lo aprobó un tribunal de segunda instancia.
Lofalk ya pidió a mediados de octubre suspender el proceso por la falta de financiación de la marca sueca, pero retiró en el último momento su solicitud cuando SWAN alcanzó un acuerdo para venderles la empresa a Youngman y Pang Da.
Youngman y Pang Da pretendían invertir 610 millones de euros a partir de 2012, además de 50 millones comprometidos en un acuerdo de financiación puente.
El fabricante sueco aspiraba a vender entre 35.000 y 50.000 coches en 2012, 78.000-86.000 en 2013 y cerca de 200.000 en 2016, la tercera parte de ellos en China, donde también se construirían vehículos, manteniendo además la planta de Trollhättan (Suecia).
El plan establecía la creación de una nueva sociedad denominada Saab Auto Group, de la que Youngman poseería el 60 por ciento y Pang Da el 40; así como de dos filiales chinas.
SWAN y los inversores chinos habían firmado hace meses un acuerdo por el que éstos se comprometían a invertir 245 millones y participar en el accionariado de Saab Automobile.
Pero las dificultades económicas de la firma sueca, cuya producción está paralizada desde hace ocho meses, además de la solicitud de suspensión de pagos a los tribunales, provocaron el malestar de los inversores chinos, que dieron por roto el acuerdo y apostaron por comprar la empresa.
Saab Automobile suspendió pagos por primera vez en febrero de 2009 y permaneció seis meses bajo administración judicial, pero, a pesar de un préstamo de 400 millones de euros del Banco Europeo de Inversiones avalado por el Gobierno sueco y de otras inyecciones de capital, la situación fue empeorando progresivamente.
La aparición hace un año como compradora de la firma holandesa evitó que la estadounidense General Motors, propietaria de Saab, la desmantelara como tenía previsto. EFE