Berlín, 8 dic (.).- El expresidente de Wirecard (ETR:WDIG) Markus Braun y otros dos antiguos directivos de esta empresa alemana de transacciones digitales se sientan a partir de hoy en el banquillo acusados por la quiebra fraudulenta de esa firma en 2020.
Además de a Braun, la Fiscalía acusa al antiguo director gerente de una filial de Wirecard en Dubái Oliver Bellenhaus y al ex contable jefe Stephan von Erffa, de falsificar los balances del grupo desde 2015, manipulación de mercado, abuso de confianza y fraude en banda organizada, lo que causó pérdidas a los bancos deudores de 3.100 millones de euros.
Según la Fiscalía, los tres exdirectivos presentaron públicamente Wirecard como una "empresa FinTech de vertiginoso crecimiento y extraordinariamente exitosa", entre otras cosas con la ayuda del negocio que terceros socios como Payeasy (Manila, Filipinas) y Al Alam (Dubái, Emiratos Árabes Unidos) gestionaban para la firma alemana en Asia.
Wirecard, considerada una empresa modélica en su sector hasta que estalló el escándalo, se hundió después de que el consejo de administración revelara que 1.900 millones de euros de activos -una cuarta parte del total- que supuestamente se guardaban en cuentas de garantía bloqueadas filipinas, no existían en realidad.
Es la primera vez que un antiguo directivo de una empresa quebrada que cotizaba en el índice DAX de la Bolsa de Fráncfort se tiene que sentar en el banquillo de los acusados.
Braun llevaba al frente de Wirecard desde 2002 y llevó a la empresa, que contaba con algo menos de 6.000 empleados, al índice de las 30 empresas más fuertes de Alemania.
En tanto, el exjefe de ventas de Wirecard, Jan Marsalek, considerado la figura clave en este escándalo, continúa prófugo.
Como miembro del consejo, Marsalek se encargaba del negocio de terceros y era responsable de la región de Asia, donde se produjeron los presuntos hechos delictivos centrales de este escándalo.
Las autoridades sospechan que se encuentra en Rusia, después de que el 19 de junio de 2020 tomara un avión en un pequeño aeropuerto cerca de Viena destino a Minsk.
Está previsto que la lectura del acta de acusación, de 89 páginas, que iba a comenzar a leerse al inicio del juicio, lleve unas cinco horas.
La Cuarta Sala de lo Penal de la Audiencia Provincial de Múnich ha programado cien días de juicio hasta finales de 2023, aunque ya se han tomado medidas organizativas para 2024.