Lisboa, 9 dic (.).- La aerolínea lusa TAP afrontó este viernes el segundo y último día de huelga de tripulantes de cabina sin mucho ruido mientras los trabajadores amenazan con futuras huelgas en los próximos días si las negociaciones para mejorar sus condiciones laborales no avanzan.
El Sindicato Nacional del Personal de Vuelo de la Aviación Civil (SNPVAC) luso, convocante de la huelga, ha afirmado hoy que podrían convocar al menos cinco días más de huelga hasta el 31 de enero.
Este viernes, hasta las 11:00 horas, la compañía había operado 41 de los 119 vuelos previstos y 9 de los 30 vuelos incluidos en los servicios mínimos, según informó la aerolínea en un comunicado.
Este jueves, realizó todos los vuelos previstos: 148, siendo 64 de servicios mínimos.
TAP precisó que fueron cancelados dos vuelos de servicios mínimos por falta de pasajeros, uno de ida y vuelta a Guinea-Bisáu para este jueves y otro hacia Praia (Cabo Verde) para hoy.
La huelga no ha generado grandes aglomeraciones de viajeros en los aeropuertos lusos, ya que, a finales de noviembre, la compañía informó de que iba a anular 360 vuelos previstos para estos dos días al saber de la huelga.
Tomar esta medida ha afectado a 50.000 clientes y le ha generado un impacto financiero de 8 millones de euros, según sus estimaciones.
La aerolínea pidió disculpas a los clientes, a los que días antes les ofreció la reprogramación o reembolso de sus vuelos, y aseguró que está "disponible" para negociar con el Sindicato Nacional del Personal de Vuelo de la Aviación Civil (SNPVAC), convocante de la huelga.
Por otra parte, el presidente del SNPVAC, Ricardo Penarroias, explicó al canal luso RTP que la relación entre los trabajadores y la compañía está "mucho peor" que hace un mes, cuando se dio un preaviso de huelga.
"Le dimos un mes a la empresa para dialogar con nosotros. ¿Qué hizo la empresa? Optó por cancelar vuelos y desinflar la huelga", afirmó.
Añadió que el sindicato no ha recibido "ninguna propuesta" y "ninguna fecha para una reunión para dialogar".
La huelga de tripulantes de cabina se produce cuando la empresa está negociando con los sindicatos un nuevo convenio, como está previsto en el plan de reestructuración acordado con Bruselas a cambio de autorizar ayudas públicas que rondan los 3.200 millones de euros.
Además, los vuelos anulados estos dos días se unen al ajuste de la programación de invierno que TAP está aplicando entre el 15 de noviembre y el 31 de diciembre, con la cancelación de una media de hasta siete conexiones diarias.
Este ajuste se debe principalmente al aumento de las bajas de maternidad y paternidad marcadas para esas fechas (unas 300, un 10 % más que el año pasado) y a la migración del sistema de control del tráfico aéreo en Francia, según la empresa.
TAP es propiedad del Estado portugués, que tiene actualmente en sus manos el 100 % de la aerolínea, aunque pretende reprivatizarla.
EFE