Buenos Aires, 13 ago (EFE).- La huelga de trabajadores del metro de Buenos Aires, que hoy cumple su décima jornada, ha puesto a prueba la paciencia de los porteños, para quienes transitar por la capital argentina se ha vuelto un calvario que intentan sobrellevar desplazándose en bicicleta o a pie.
Mientras los Gobiernos de Cristina Fernández y del conservador alcalde de Buenos Aires, Mauricio Macri, siguen enzarzados en un enfrentamiento para eludir sus responsabilidades en el conflicto, los viajeros agudizan el ingenio para tratar de llegar a su destino cada día.
Los autobuses dispuestos por el Gobierno de la ciudad para facilitar los desplazamientos de los viajeros en sustitución del metro son claramente insuficientes, hasta el punto de que Macri, decidido impulsor del uso de la bicicleta en la ciudad, dispuso hoy tres "guarderías" gratuitas de bicis para animar a los porteños a utilizar las dos ruedas.
Una medida que tampoco ha aliviado la congestión de Buenos Aires, donde desplazarse hoy requiere de un serio esfuerzo de autocontrol.
Patricia, una empleada porteña de 40 años, ha duplicado el tiempo que tarda en llegar a su trabajo desde que empezó la huelga.
"Hace horas que estoy caminando para ver dónde consigo un colectivo para volverme. El microcentro es un 'desbole' (desorden), está todo lleno por todos lados", se lamentaba hoy.
Para Mercedes, una joven que acude a su trabajo con un brazo enyesado, el viaje desde Hurlingham, una localidad de la provincia de Buenos Aires, es una auténtica pesadilla.
"Tengo que tomar un tren con la gente súper comprimida, me cuesta pasar a los asientos de discapacitados porque estoy con el brazo enyesado. Tengo que ir en colectivo", explicaba hoy, convencida de que el conflicto se resolverá en breve porque "es tanta la presión que hay que les van a terminar dando el aumento que quieran".
La Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y el Premetro (AGTSyP) reclama un alza salarial del 28 % y no ha acatado la conciliación obligatoria dictada por el Gobierno de Buenos Aires, por lo que la Subsecretaría de Trabajo porteña le aplicó una multa de 4,9 millones de pesos (alrededor de un millón de dólares).
"Creo que vamos a llegar a un punto de acuerdo", vaticinó hoy el secretario adjunto de AGTSyP, Néstor Segovia, aunque volvió a cargar contra la empresa concesionaria del servicio, Metrovías, y el alcalde, a quienes acusó de "no tener voluntad de dialogar".
Segovia admitió que, incluso aunque se llegara a un acuerdo, sería difícil que hoy se recuperara la actividad dado que son necesarias al menos seis horas para organizar la reanudación del servicio.
Mientras, el jefe de Gabinete del Gobierno de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, insistió en denunciar que los reclamos sindicales son "excusas", porque "acá está la política detrás".
"Hay un deseo de doblegarnos del Gobierno nacional", agregó Rodríguez Larreta.
Las declaraciones de Rodríguez Larreta profundizan el enfrentamiento entre ambas administraciones sobre la responsabilidad del funcionamiento el metro de Buenos Aires.
En medio del conflicto, la Presidencia argentina difundió un anuncio televisivo el fin de semana en el que señala que Macri aceptó la transferencia del metro en enero y está en sus manos el fin de la huelga.
El equipo del alcalde hizo público a las pocas horas otro anuncio en el que desmiente uno a uno todos los argumentos del Gobierno nacional. EFE
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