Berlín, 17 dic (.).- Los democristianos alemanes, que encabezan las encuestas de intención de voto de cara a las elecciones anticipadas del 23 de febrero próximo, prometieron este martes en la presentación de su programa electoral relanzar la economía con bajadas de impuestos para empleados y empresas, e incentivos para trabajar más.
"Nuestra política económica no girará en torno a un gran endeudamiento, impuestos altos y mucha redistribución, sino en torno a la disposición al rendimiento y a la competitividad", aseguró Friedrich Merz, el candidato y líder de la Unión Democristiana (CDU), en una rueda de prensa en Berlín junto con Markus Söder, el jefe de la Unión Socialcristiana bávara (CSU), partido hermano de aquella.
Merz destacó que, tras los tres años de oposición durante el Gobierno del canciller socialdemócrata Olaf Scholz, los democristianos están listos para asumir de nuevo la responsabilidad de dirigir al país.
"La tarea más urgente es la política económica", afirmó el conservador, que señaló que su objetivo es devolver a Alemania a la senda del crecimiento, alentar el rendimiento y recuperar la competitividad de la industria, después de que el Gobierno de la coalición progresista haya perdido la confianza de los inversores, provocando una salida de capitales, según dijo.
Bajadas de impuestos
Merz prometió aliviar la carga fiscal de los trabajadores, en particular de aquellos con ingresos medios y bajos; y también de las empresas.
"La economía se estanca porque hemos perdido atractivo, porque los impuestos son demasiado altos para la industria", criticó, por lo que se comprometió a reducir la carga fiscal de las empresas hasta un máximo del 25 % en varios pasos para restablecer la competitividad a nivel internacional.
Abogó además por un "fin de la política económica verde" del Gobierno actual y defendió dar más "libertad" a las empresas para que éstas puedan invertir en innovación y puestos de trabajo seguros, así como reducir la burocracia superflua.
Merz subrayó la necesidad de incrementar el número de horas trabajadas per cápita y propuso eliminar los impuestos de las horas extra y reducir, en gran medida, los que pagan quienes pueden jubilarse y deciden seguir trabajando "voluntariamente", aunque prometió que la edad de jubilación no subiría de los 67 años.
Recortes del gasto social
En respuesta a las críticas sobre la falta de explicaciones acerca de la financiación de su programa, el líder conservador apuntó al ahorro que se puede obtener recortando el gasto en la prestación social no contributiva y las ayudas a los solicitantes de asilo.
Cada una de estas partidas supone unos 50.000 millones de euros de los que se puede ahorrar un porcentaje significativo, argumentó, y señaló que, de 5,5 millones de receptores de la prestación social básica, 1,7 millones están en condiciones de trabajar y podrían ser absorbidos por el mercado.
Además, el mecanismo conocido como el freno de la deuda -que Scholz quiere reformar para poder asumir más créditos- permite en su forma actual un margen de otros 50.000 millones de euros para 2025 que también se puede agotar, recordó Merz, que no cuantificó el coste de las bajas de impuestos.
Seguridad y apoyo a Ucrania
Los representantes del bloque conservador abordaron también otros temas como el de la seguridad interna y la "protección de las fronteras" frente a la migración irregular.
También aludieron al apoyo a Ucrania, a la que en su programa se comprometen a respaldar en su camino hacia la adhesión a la Unión Europea (UE), aunque destacó que mientras se encuentre en guerra no puede entrar a formar parte de la OTAN.
Preguntados por los posibles escenarios tras las elecciones, en las que se prevé que no obtendrán una mayoría que les permita gobernar en solitario, tanto Merz como Söder cargaron contra los Verdes, uno de los socios de coalición que se barajan junto con los socialdemócratas de Scholz.
Con su programa estos se están "alejando" de la línea del bloque conservador, dijo Merz.
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