París, 17 feb (.).- La eléctrica estatal francesa EDF (EPA:EDF) tuvo el pasado año una pérdida récord de 17.940 millones de euros que se explica por la bajísima generación en sus centrales nucleares e hidroeléctricas, y por la obligación que le impuso el Gobierno de vender a precio de saldo una parte de su producción.
Otro elemento que ilustra el carácter excepcionalmente nefasto que tuvo 2023 para EDF, que está en proceso de nacionalización total, es el aumento de su endeudamiento en 21.500 millones de euros hasta una cifra estratosférica de 64.500 millones.
Una de las dos grandes razones del catastrófico resultado anunciado este viernes por la empresa en un comunicado es el bajón de su producción nuclear en Francia, que se quedó en 279 teravatios hora, es decir 81,7 menos que en 2021.
Eso se explica por las labores de mantenimiento retrasadas por la covid que se tuvieron que hacer en una parte importante del parque de 56 reactores nucleares -que normalmente generan el 70 % de la electricidad del país- y por los problemas de corrosión detectados en los circuitos de otros, que obligaron a parar hasta más de la mitad del total durante el verano.
En la actualidad, están en actividad 43 de esos reactores cuando el 1 de noviembre eran todavía únicamente 30.
Al mismo tiempo, la producción hidráulica en Francia de EDF a causa de la sequía bajó a 32,4 teravatios hora, lo que significa 9,4 teravatios menos que en 2021.
La otra gran fuerte de pérdidas fue la obligación de vender a otros operadores (de la competencia) una parte importante de su producción nuclear a precios muy por debajo de los del mercado, como mecanismo de apoyo a los consumidores para amortiguar la escalada de precios, establecido por el Gobierno francés.
Eso tuvo un impacto negativo, según la empresa, de 8.200 millones de euros en su resultado bruto operativo (Ebitda), que en total fue de 4.986 millones de euros también negativos, frente a los 18.005 millones positivos que había conseguido en 2021.
Si se aísla el negocio de producción y de comercialización de electricidad en Francia, su Ebitda representó una sima de 23.144 millones de euros negativos, comparados con los 7.394 millones positivos el ejercicio precedente.
El resto de las actividades de EDF sí que fueron rentables, y entre ellas las filiales eléctricas en Reino Unido (1.325 millones de Ebitda) y en Italia (1.115 millones).
De hecho, la producción nuclear de EDF en Reino Unido aumentó en 1,9 teravatios hora hasta 43,6 teravatios.
La paradoja de la cuenta de los resultados de EDF en 2022 es que la facturación se disparó hasta 143.476 millones de euros por el encarecimiento de la energía, comparados con los 84.461 millones del ejercicio precedente.
Pero al mismo tiempo, sus compras de combustible y de energía para cumplir con los contratos de sus clientes, sobre todo por el dispositivo que le impuso el Gobierno para ceder a precios rebajados una parte de su producción nuclear, se dispararon hasta 121.010 millones de euros, casi tres veces más que los 44.299 millones de 2021.
Tras la opa lanzada el pasado año para nacionalizar totalmente la compañía, el Estado francés tenía a fecha del pasado día 3 el 95,82 % del capital de EDF.
Pero la operación está ahora pendiente de una decisión judicial que se espera durante el primer semestre sobre el recurso de algunos accionistas minoritarios que se consideran perjudicados.