El Departamento de Energía de EE.UU. está acelerando el proceso para finalizar subvenciones por valor de 1.700 millones de dólares destinadas a apoyar la conversión de plantas de fabricación para la producción de vehículos eléctricos (VE), según la Secretaria de Energía de EE.UU., Jennifer Granholm. Estas subvenciones forman parte de una iniciativa gubernamental para impulsar la industria de los VE y respaldar a los fabricantes de automóviles en la transición de sus instalaciones hacia la construcción de VE y componentes relacionados.
Durante una conferencia Reuters Next, Granholm reafirmó el compromiso del departamento para finalizar las subvenciones, declarando: "Estamos trabajando a toda velocidad para concretar todo lo posible -- para cerrar los acuerdos contractuales con todos los seleccionados". Indicó que se ha establecido un plazo de unos meses para completar el proceso.
En julio, el Departamento de Energía (DOE) anunció su intención de otorgar importantes subvenciones a los principales fabricantes de automóviles. Se prevé que General Motors (NYSE:GM) reciba fondos para convertir su planta de montaje Lansing Grand River en Michigan para la producción de VE. Por su parte, Stellantis (NYSE:STLA) recibirá 334,8 millones de dólares para reconvertir su planta de montaje cerrada en Belvidere para la producción de VE y 250 millones de dólares para adaptar su planta de transmisiones de Indiana en Kokomo para la fabricación de componentes de VE.
Sin embargo, la transición hacia la producción de VE no ha estado exenta de obstáculos. El sindicato United Auto Workers (UAW) ha amenazado con huelgas debido a los retrasos en la inversión planificada de Stellantis en la planta de Belvidere, lo que ha llevado a la empresa a emprender acciones legales para prevenir posibles paros laborales. Granholm reconoció la complejidad de la situación, señalando que el DOE está en conversaciones sobre estos retrasos.
Las implicaciones políticas de las inversiones en VE también han salido a la luz. El presidente de la UAW, Shawn Fain, ha destacado el riesgo para cientos de miles de empleos estadounidenses si el ex presidente Donald Trump gana las próximas elecciones y cumple sus planes de revocar las inversiones en VE. Trump ha expresado su convicción de que la producción de VE representa una amenaza para los empleos estadounidenses. El asunto ha ganado más relevancia ya que el compañero de fórmula de Trump, el senador estadounidense JD Vance de Ohio, no se ha comprometido a mantener una subvención de 500 millones de dólares para GM.
Un portavoz de GM declaró que la empresa aún está negociando los términos de la subvención y no especuló sobre el desenlace si esta no se materializa.
Granholm enfatizó la robusta estrategia industrial de la administración Biden para asegurar el futuro de la producción de vehículos en EE.UU. Comparó los esfuerzos actuales con intentos anteriores, afirmando que el gobierno está plenamente comprometido a apoyar a los fabricantes de automóviles para que sean globalmente competitivos, reduzcan costos, aseguren las cadenas de suministro y fomenten la innovación.
Los comentarios de Granholm en la conferencia subrayaron el papel proactivo del gobierno para garantizar que EE.UU. lidere el mercado de VE, destacando particularmente el potencial de Detroit no solo para competir, sino para marcar el ritmo en la industria.
Reuters contribuyó a este artículo.
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