El gobierno de Estados Unidos ha renovado su petición a Italia para que cancele su impuesto sobre servicios digitales, que ha sido motivo de controversia debido a su enfoque en gigantes tecnológicos estadounidenses como Meta (NASDAQ:META) Platforms Inc (NASDAQ:META), Google (NASDAQ:GOOGL) y Amazon (NASDAQ:AMZN). A pesar de generar menos de 500 millones de euros anuales, EE.UU. considera que este impuesto es injustamente discriminatorio y ha advertido sobre posibles represalias arancelarias.
Las autoridades italianas han expresado su intención de mantener el impuesto mientras esperan conocer la postura de la nueva administración estadounidense tras la reclamación de victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales del martes. El actual impuesto digital de Italia, establecido en 2019, grava con un 3% los ingresos por transacciones en internet de empresas digitales con ventas globales superiores a 750 millones de euros y al menos 5,5 millones de euros procedentes de Italia.
En el próximo presupuesto de 2025, la primera ministra Giorgia Meloni contempla eliminar los requisitos mínimos de ventas, lo que ampliaría el alcance del impuesto y se espera que genere 51,6 millones de euros adicionales, sumados a los 400 millones actuales. El Tesoro italiano ha sugerido a sus homólogos estadounidenses que este ajuste abordaría las preocupaciones sobre el impacto discriminatorio del impuesto al ampliar la base de empresas afectadas.
No obstante, dentro de la coalición gobernante italiana, hay oposición a estos cambios. Algunos legisladores proponen mantener los umbrales de ingresos para seguir enfocándose en las grandes empresas tecnológicas estadounidenses y planean introducir enmiendas al proyecto de ley presupuestario. Maurizio Gasparri, un destacado senador del partido cogobernante Forza Italia, ha expresado la necesidad de "recortar las garras de los gigantes de la web", abogando por un enfoque en las grandes empresas tecnológicas mientras se considera un aumento en la tasa impositiva.
Este debate interno en Italia se produce en un momento en que EE.UU. no ha ocultado su disposición a utilizar aranceles como contramedida a los impuestos digitales unilaterales que considera dirigidos a las empresas estadounidenses. El desenlace de las discusiones presupuestarias de Italia y la respuesta de la administración estadounidense serán observados de cerca, ya que podrían sentar un precedente para la política fiscal internacional y las relaciones comerciales transfronterizas.
Reuters contribuyó a este artículo.
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