Mar Gonzalo
Ferrol (La Coruña), 15 feb (.).- El desembarco de la firma china automovilística Arcfox, formalizado este jueves, permite a la Autoridad Portuaria de Ferrol-San Cibrao avanzar en su objetivo de llenar el hueco que han ido dejando las industrias pesadas tradicionales, incluida la central térmica de Endesa (BME:ELE) en As Pontes y la fábrica de Alcoa (NYSE:AA) en San Cibrao.
La central de As Pontes (A Coruña) dejó de quemar carbón en verano de 2021, aunque la crisis energética generada por la invasión rusa de Ucrania en 2022 llevó a su reactivación temporal, con el consiguiente nuevo acopio de combustible de Indonesia al puerto de Ferrol.
Sin embargo, el pasado agosto ya se decretó el cierre definitivo de la que hasta entonces era la mayor central de carbón de las seis que quedaban en España.
A ello se suma la delicada situación del complejo industrial que la estadounidense Alcoa tiene en San Cibrao (Lugo), que consume cantidades ingentes de electricidad y cuyo cierre es reclamado por grupos ecologistas, que lo tildan de contaminante e insostenible.
En las últimas semanas se han reactivado varias cubas de electrolisis de la planta tras un periodo de hibernación. Está previsto que 32 cubas, de las 512 de las que dispone la planta de Alcoa en San Cibrao, estén funcionando en abril.
El gigante estadounidense del aluminio, el tercero mayor del mundo, parece no terminar de dar garantías del mantenimiento en pie de lo que en su día fue la empresa pública Inespal (Industria Española del Aluminio). En 1998 compró sus 9 plantas, de las que ahora sólo queda la de San Cibrao.
A finales de 2021 se pactó con el Gobierno español una parada hasta ahora, para abordar nuevas inversiones, pero a día de hoy la empresa argumenta que las pérdidas de la fábrica se cuentan en cientos de millones y que nada hace prever que la situación vaya a mejorar, en vista del contexto del mercado del aluminio y, sobre todo, del precio de la energía.
La solución: Eólica marina y contenedores
Responsables del Área Portuaria, cuyo ámbito de actuación abarca el norte de las provincias de A Coruña y Lugo, explican a EFE para llenar ese hueco que han ido dejando progresivamente las grandes industrias tradicionales se está apostando por dos vías de negocio.
Una es atraer negocio relacionado con la energía eólica marina -puesto que los puertos son ideales para realizar los ensamblajes de su enormes piezas- y otra es el tráfico de contenedores, cuyas mercancías tienen un elevado valor que se traduce en mayores ingresos y negocio para los puertos.
En esta última se ubica el acuerdo sellado este jueves con la automovilística china Arcfox para establecer aquí su primer centro logístico en Europa.
Este puerto cerró 2023 con un trasiego superior a los 5,9 millones de toneladas pese a la "contracción" del mercado nacional y con el gas natural licuado como primer tráfico gracias a la planta de Reganosa en Mugardos (A Coruña). Es el segundo mejor resultado de las dársenas en el último lustro.
Además, cuenta con dos de los mayores astilleros de Europa, ambos ahora en manos de Navantia, y está muy cerca del corredor marítimo de Finisterre. Sin embargo, la parte del puerto exterior aún no tiene conexión ferroviaria y ha sido excluido de la red básica ferroviaria del corredor atlántico de mercancías, que deberá estar finalizada en el 2030, tal y como insiste en denunciar el presidente de la Autoridad Portuaria, Francisco Barea.
Con 20 metros de calado, acoge un tráfico continuo de buques mercantes, pesqueros, militares y embarcaciones de recreo, y permite el atraque de los grandes buques de contenedores. En conjunto, ha movido una media anual de 11,5 millones de toneladas en la última década.
Sin embargo, en el puerto lucense de San Cibrao, el pasado año se bajó de 5,4 a 2,5 millones de toneladas movidas, en gran parte debido precisamente a la paralización de la fábrica de Alcoa.
La conexión ferroviaria, el gran reto
Para combatir esos descensos, surgen iniciativas como la de Nervión Naval Offshore, del Grupo Amper (BME:APE), que abrirá en Caneliñas una planta eólica en una parcela de 7 hectáreas, ocupando a 300 personas.
Aunque, para avanzar en su recuperación y desarrollo, el gran reto en materia de infraestructuras de la Autoridad Portuaria -que es un importante dinamizador de Ferrol y las comarcas del norte de Galicia- es la conclusión de la conexión ferroviaria con la dársena exterior de Caneliñas, en la bocana de la ría ferrolana.
Su inversión ronda los cien millones de euros y han sido necesarios ocho años de trabajos, que se prevé que concluyan en 2025. La actuación está completada a un 66 %.
Rematar el acceso por tren permitirá, entre otros objetivos, apuntalar el movimiento de contenedores. La terminal liderada por el grupo turco Yilport en la rada concluyó 2023 con 304.983 toneladas movidas, su segundo mejor dato.
El despliegue de nuevos tráficos o el respaldo al asentamiento de nuevas empresas en la comarca de Ferrol van de la mano de otro del adecentamiento del propio entorno del puerto, con nuevas sendas peatonales y ciclistas, y la creación de arrecifes artificiales y plantas de desalinización.
Además, la Autoridad Portuaria encabeza un proyecto, con una inversión mínima de 35 millones en cinco años, para implementar fuentes de energía renovable y a precios competitivos destinada a las empresas vinculadas con la actividad en sus muelles y en sus alrededores.
Implica el ahorro de 36.000 toneladas de CO2 anuales y la creación de 120 puestos de trabajo directos e indirectos. También participan empresas como Reganosa, Enerfin, Galenergy, Quantum, Univergy, EMSC y Elytt, y el Instituto Tecnológico de Galicia.
Concretamente, uno de los proyectos que contempla esta iniciativa es la construcción de una planta de generación fotovoltaica en el Puerto Exterior de Ferrol y una de producción de hidrógeno renovable para consumo industrial.
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