Madrid, 24 feb (.).- El crecimiento acelerado del fabricante de procesadores Nvidia (NASDAQ:NVDA) y su fuerte impacto en los mercados bursátiles de todo el mundo han alimentado el temor, entre analistas e inversores, a que se pueda estar gestando una burbuja en torno a la inteligencia artificial (IA).
La presentación de resultados del gigante tecnológico estadounidense se convirtió esta semana en un acontecimiento planetario. "Nvidia marca el ritmo de los mercados", titulaba el jueves Banca March su informe diario. Las acciones de Nvidia son "las más importantes del planeta Tierra", subrayaba días antes Goldman Sachs (NYSE:GS).
El fabricante de procesadores alcanzó el año pasado un beneficio de 29.760 millones de dólares (27.487 millones de euros), un 581 % más que en 2022, según la cuenta de resultados presentada el miércoles.
La facturación creció un 126 % y se elevó a 60.922 millones de dólares (56.270 millones de euros).
"La computación acelerada y la inteligencia artificial generativa han alcanzado un punto de inflexión. La demanda está aumentando en todo el mundo", subrayó el fundador y consejero delegado de Nvidia, Jensen Huang.
Tras la publicación de resultados, la compañía se disparó en bolsa y su capitalización rebasó el viernes los 2 billones de dólares (1,8 billones de euros), una cota que hasta ese momento sólo superaban la petrolera saudí Aramco (TADAWUL:2222) y las tecnológicas estadounidenses Microsoft (NASDAQ:MSFT) y Apple (NASDAQ:AAPL).
El jueves, Nvidia aumentó su capitalización en 277.000 millones de dólares en una sola sesión y superó el récord anterior que había marcado Meta (NASDAQ:META) el 2 de febrero, con 200.000 millones.
La onda expansiva impulsó la cotización de otras grandes empresas del sector y llevó la euforia a las bolsas, con máximos históricos en índices de EE. UU., Asia y Europa como el S&P 500, el Nikkei, el DAX o el CAC 40.
En este contexto, los analistas han empezado a plantearse si el ritmo de crecimiento de Nvidia y del negocio ligado a la inteligencia artificial es sostenible.
"Las dudas sobre la posibilidad de que exista una burbuja en torno a la inteligencia artificial son recurrentes entre los inversores estos días", apunta David Rainville, gestor de fondos en Sycomore AM (sociedad vinculada a Generali (BIT:GASI) Investments).
La respuesta del propio Rainville es negativa, aunque con matices: "Si pensamos en el entusiasmo que suscita la inteligencia artificial es posible que, con el tiempo, se forme una burbuja. Pero creemos que sólo estamos en sus inicios", explica.
El gestor pone como ejemplo la evolución de la propia Nvidia. El fabricante de procesadores cotiza a menos de treinta veces el beneficio por acción (BPA) esperado para 2025, muy por debajo del ratio que alcanzó durante la burbuja tecnológica generada por la epidemia de covid.
"En nuestra opinión, los inversores aún pueden invertir en inteligencia artificial", concluye Rainville.
En la misma línea se expresa Josh Gilbert, analista de la plataforma de inversión eToro. "La gran pregunta para los inversores es: ¿puede continuar esto? En pocas palabras, sí", sostiene.
"Nvidia sigue cumpliendo en todos los sentidos y sus resultados demuestran que aún tiene mucho crecimiento por delante. No se trata de un fogonazo ni de una burbuja, sino de un negocio que sigue haciendo mucho dinero", asegura Gilbert.
Joaquín Robles, de XTB, pronostica que el negocio ligado a la inteligencia artificial seguirá creciendo a ritmos altos durante los próximos años.
"Creo que no veremos ningún tipo de burbuja; podemos ver un ajuste o una estabilización", apunta.
Luis Francisco Ruiz, analista de CMC Markets, reconoce que los resultados de Nvidia y su comportamiento en bolsa son "excepcionales", aunque precisa que los números "no suenan a burbuja".
Ruiz recuerda que el sector de la inteligencia artificial "no para de crecer" y que Nvidia opera en otros segmentos que le aportan "un gran valor", como el de las tarjetas gráficas.
Comparte ese diagnóstico Sergio Ávila, analista de IG. "En un mundo cada vez más impulsado por la inteligencia artificial, la demanda de chips para centros de datos y unidades de procesamiento de gráficos ha alcanzado niveles sin precedentes".
Según Ávila, Nvidia "ha capitalizado hábilmente esta tendencia, dominando el mercado global de chips de inteligencia artificial".