Tokio, 25 abr (.).- El Banco de Japón (BoJ) inició hoy su reunión mensual sobre política monetaria, en la que la mayoría de los analistas prevén que mantenga sus tasas inalteradas, después de que el pasado marzo subiera los tipos de interés de referencia a corto plazo hasta el 0,1 %, la primera medida de este tipo en 17 años.
La entidad crediticia japonesa, que publicará sus conclusiones el viernes, optaría nuevamente por el inmovilismo en su cuarta reunión de 2024, después de que se produjeran las negociaciones salariales y estas mejoraran la confianza de que se puede lograr una inflación estable.
A pesar de la decisión del mes pasado, el yen ha seguido cayendo en relación con el dólar estadounidense, alcanzando su nivel más bajo en 34 años y sobrepasando la línea de los 155, a pesar de los rumores de que las autoridades japonesas podrían intervenir en el mercado de divisas como ya hicieron en varias ocasiones el año pasado.
Un yen débil beneficia a la facturación en el extranjero de las empresas japonesas, que ven infladas sus remesas al repatriarlas y mejora la competitividad de sus productos, pero también repercute negativamente en las cuentas nacionales al encarecer las importaciones en un país altamente dependiente de ellas, especialmente en el terreno energético.
Esta debilidad de la divisa japonesa se venía asociando con la divergencia de políticas entre el BoJ y el resto de bancos centrales en Europa y Estados Unidos. Otros factores de riesgo, según los analistas, son los avances en el conflicto en Oriente Medio y el incremento en el precio del petróleo.
En declaraciones recientes, el gobernador del BoJ, Kazuo Ueda, ha apuntado que considerará un cambio de política si el impacto de la debilidad del yen sobre la inflación "no puede ignorarse".
El índice de precios al consumo (IPC) de Japón subió un 2,6 % interanual en marzo, el trigésimo primer mes consecutivo de avance del indicador, que lleva ya dos años por encima de la meta inflacionaria del 2 % del BoJ.