BRISBANE - En la Junta General Anual del Bank of Queensland (BoQ) celebrada hoy, los accionistas han expresado su descontento con la remuneración de los ejecutivos, lo que se conoce como un "primer golpe" contra el informe de remuneración del banco. El informe recibió menos de tres quintas partes de apoyo tras un fuerte descenso del 70% en el beneficio neto, que cayó a 124 millones de dólares australianos, debido principalmente a una sustancial depreciación del fondo de comercio.
La Junta General se celebró en un contexto de reciente agitación en la dirección y los resultados financieros del banco. BoQ se ha enfrentado a una grave caída de los beneficios, agravada por los rápidos cambios de directivos. Entre ellos, la repentina marcha de George Frazis como Consejero Delegado, a quien recientemente se aprobaron importantes incentivos financieros.
Patrick Allaway, que ha asumido el cargo de Presidente convertido en Consejero Delegado a raíz de estos cambios, se dirigió a los accionistas en la reunión de Brisbane. Reconoció las adversidades del año pasado, que incluyeron la renovación de la cúpula directiva, compromisos reglamentarios de obligado cumplimiento, una caída de los beneficios y un descenso del valor de las acciones tras la destitución de Frazis. Además de estos retos, el banco ha tenido que hacer frente a sanciones reglamentarias que obligaron a aumentar en 50 millones de dólares australianos (1 USD = 1,5198 AUD) el capital de riesgo para subsanar las deficiencias en la lucha contra el blanqueo de dinero.
Los accionistas también expresaron su oposición a la reelección de Bruce Carter como miembro del consejo. Más de un tercio emitió votos en contra debido a su preocupación por la gestión de riesgos. Esta resistencia de las empresas asesoras Glass Lewis e ISS se produce en medio de las exigencias reglamentarias de una auditoría y provisiones de capital adicionales.
A pesar de las actuales dificultades económicas y la compresión de los márgenes, Allaway destacó la resistencia económica de Australia. Proyectó unos pagos de dividendos conservadores que se mantendrían dentro de los límites del coeficiente de reparto y previó un retorno a la rentabilidad para el ejercicio fiscal 2025, tras anticipar un duro año fiscal por delante.
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