Guillermo Ximenis
Madrid, 12 ene (.).- Las firmas de comercio global anticipan que la inestabilidad en el Mar Rojo puede restringir durante meses una ruta clave para los intercambios entre Asia y Europa, por la que ya se ha reducido un 90 % el paso de portacontenedores, obligados a hacer trayectos más largos y con mayor coste.
La escalada de los ataques de rebeldes hutíes de Yemen, respaldados por Irán, a buques que atraviesan el corredor que lleva al canal de Suez, ha hecho descarrilar las previsiones de la industria, que anticipaba un 2024 con bajos costes de flete ante una ralentización de la demanda y un exceso de capacidad de transporte tras la pandemia.
El precio medio del envío de un contenedor a través de las principales rutas entre Asia, Estados Unidos y Europa se ha disparado esta semana hasta 3.072 dólares, un 85 % más que en la segunda mitad de diciembre (1.660 dólares el 21 de diciembre), según el World Container Index (WCI) que elabora la consultora Drewry.
El bloqueo de las rutas a través de Suez es el principal motivo de esa subida, aunque las dificultades que atraviesa el canal de Panamá también presionan los precios al alza, ha señalado a EFE Simon Heaney, director de análisis sobre contenedores de Drewry.
En la ruta entre Shangái y Rotterdam, esencial para el comercio europeo, el precio ha saltado un 164 %, hasta cerca de 4.400 dólares, un desvió importante respecto a las previsiones aunque aún lejos de los casi 15.000 dólares que marcó en octubre de 2021, en plena pandemia.
Desde Pymar, sociedad que integra a los principales astilleros privados españoles, subrayan que no se espera que vuelvan a registrarse esos valores. Una vez el mercado ha descontado el efecto de la crisis "puede haber variaciones de precio, pero no puede haber tanta variación como para alcanzar valores tan altos", ha afirmado a EFE Antonio Preckler, adjunto al director de operaciones de la organización. Menos problemas para el petróleo
Los expertos subrayan que los buques que transportan crudo están sufriendo menos interrupciones en sus rutas que los barcos de mercancías -objetivo principal de los hutíes- lo que puede matizar el efecto de la crisis sobre los precios en Europa.
"La mayoría del petróleo y gas que se mueve a través del mar Rojo proviene del golfo Pérsico, y los estados de esa región se sienten confiados en que los hutíes no atacarán sus suministros", señala a EFE Gregory Brew, analista experto en Irán y Energía en la consultora Eurasia Group, que agrega que las compañías de hidrocarburos son más tolerantes al riesgo que las navieras mercantiles.
Con todo, el precio del petróleo "reacciona con subidas -como siempre lo hace- ante las chispas de inestabilidad global", detalla. Solución a largo plazo
A pesar de la intervención militar que han liderado Estados Unidos y el Reino Unido contra milicias hutíes en Yemen para tratar de evitar nuevos ataques, las navieras no confían en una solución a corto plazo.
"Dentro de la industria existe la expectativa de que esto va a ser prolongado. Ciertamente, no se va a resolver en cuestión de días, tampoco semanas, probablemente va a persistir durante unos cuantos meses más", sostiene el analista de Drewry.
"En estos momentos, no parece haber demasiada confianza en que los esfuerzos liderados por Estados Unidos por mantener la seguridad en el Mar Rojo vayan a devolver a la zona una seguridad suficiente para el regreso del tráfico de contenedores", afirma, por su parte, Brew.
Hasta ahora, las medidas militares en la región han logrado repeler los ataques contra buques, pero los expertos esperan que los hutíes continúen tratando de interrumpir las rutas comerciales y también que "cambien de tácticas" ante la presión internacional, señala a EFE Corey Ranslem, consejero delegado de la firma inteligencia marítima Dryad Global.
"La semana pasada vimos cómo lanzaron un intento de ataque con un pequeño bote no tripulado cargado de explosivos", describe Ranslem. Esta misma semana, Estados Unidos y Reino Unido derribaron decenas de drones lanzados por los insurgentes, el mayor ataque registrado hasta ahora. Cambios en las rutas comerciales
Rodear África a través del cabo de Buena Esperanza suma casi 6.000 kilómetros de trayecto y alarga el viaje unos 31 días, hasta cerca de 40, un retraso que incrementa el coste de las mercancías que llegan a países como España, importador de hidrocarburos y cuyos intercambios con países asiáticos representaron más de 135.000 millones de euros en 2022.
La crisis ha golpeado particularmente a la navegación de buques portacontenedores, cuyo paso por el golfo de Aden ha caído un 90 % en los primeros días de 2024 respecto a la misma semana del año anterior.
El paso de buques con gas licuado de petróleo (LPG) ha descendido un 68 %, el de transporte de coches un 67 % y el de gas natural licuado un 47 %, según datos ofrecidos a EFE por la firma de análisis Clarksons.
En cuanto a los efectos de la crisis en España, Preckler anticipa que los puertos mediterráneos pueden perder temporalmente actividad respecto a los atlánticos, alineados con las rutas que rodean África.