Antonio Torres del Cerro
París, 16 ene (.).- Mientras el debate de la vivienda se aviva en varios países europeos, entre ellos España, París ofrece un panorama contrastado: su Ayuntamiento socialista ha duplicado en algo más de dos décadas el número de viviendas protegidas, hasta el 25 %, pero sufre unos precios exorbitantes en el privado.
Alquilar o comprar en la capital francesa está al alcance de pocos. En media, un parisino paga 25,7 euros el metro cuadrado para alquilar (unos 1.500 euros de media para un apartamento de 60 metros) y 9.300 euros para adquirir (560.000 euros para esa misma superficie).
Una tendencia de altos precios que responde al atractivo de París como ciudad global, donde, paradójicamente, su número de habitantes va menguando (baja en 12.200 de media cada año entre 2015 y 2021), hasta los casi 2,1 millones de hoy en día.
El Consistorio parisino, gobernado por la izquierda desde 2001 (primero por Bertrand Delanoë y, desde 2014, por Anne Hidalgo), ha optado durante, ese periodo, por invertir en los alojamientos de protección oficial. En los últimos 24 años, ha pasado del 13 % del parque total de viviendas hasta el 25 %.
"Desde 2001 hemos evolucionado de un presupuesto de unos 200 o 300 al año al récord de este (2025) de 600 millones, superior en 100 millones a 2024", asegura a EFE el concejal de Vivienda de París, Jacques Baudrier, quien agrega que, a esos 600 millones, hay que añadir 200 millones anuales en renovaciones energéticas.
Junto a la lucha contra los apartamentos de alquiler turístico -en 2025 se han endurecido las reglas para frenarlos-, Baudrier detalla que la política municipal radica "en adquirir inmuebles del parque privado" antes que construirlos, pues París -una de las ciudades más densas del mundo- tiene pocos solares disponibles.
"El pasado año compramos 1.700 viviendas y nuestro objetivo para 2025 es más de 2.000", refirió.
El concejal comunista apuntó que esta política de compra, financiada por una importante alza de impuestos a los propietarios, es posible porque la ciudad cuenta con muchas residencias secundarias vacías o semivacías, calculadas en unas 300.000 (en torno al 25 % del total).
París también es una de las ciudades pioneras europeas a la hora de aplicar, desde 2019, un tope al precio del alquiler. "Hemos conseguido reducir el montante de los alquileres en pequeñas superficies en 162 euros al mes", sostiene el edil.
"Una relación flexible entre propietarios e inquilino"
Para Sylvain Grataloup, presidente de la Unión Nacional de Propietarios Inmobiliarios (UNPI), los datos del Ayuntamiento son "falsos", tanto en el número de viviendas vacantes por no tener en cuenta circunstancias como los apartamentos en obras, como en los supuestos efectos positivos del tope del alquiler.
"Hay que volver a dar al mercado protagonismo, en una relación flexible entre propietario e inquilino en la que el Estado solo intervenga en casos de abusos. Los alquileres serán asequibles si los impuestos (a los propietarios) bajan", estima a EFE Grataloup, quien asevera representar los intereses de 37 millones de franceses dueños de al menos un inmueble.
Este abogado especialista en derecho inmobiliario refuta que el precio del alquiler haya explotado -incluso alega que cayó porque los alquileres aumentaron mucho menos que la inflación de la última década- y asegura que la mayoría de los propietarios son pequeños inversores y no grandes, como asegura el Consistorio parisino.
"Los propietarios se están empobreciendo", alerta Grataloup, quien denuncia que el Ayuntamiento pueda, legalmente, imponer alojamientos sociales en promociones privadas, algo que el presidente de la UNPI ve como "un ataque a la propiedad privada".
"Las clases medias, las sacrificadas en París"
Gérard-François Dumont, demógrafo y profesor de la Universidad de la Sorbona de París, estima que la clase media es la que resulta sacrificada en la política actual del Ayuntamiento de Hidalgo (una coalición entre socialistas, ecologistas y comunistas).
"Los que son muy ricos se pueden permitir vivir en París, también los que están en gran dificultad social, pero alguien como un profesor no consigue alojarse", analiza en declaraciones a EFE.
Para Dumont, la escalada de precios parisina se explica por la organización territorial de Francia. "Es el país más centralizado de Europa, hay que dejar de concentrar todo en la ciudad de París", arguye.
Con un país menos centralizado -colige-, el atractivo parisino se difuminaría y llevaría a una caída de la demanda de vivienda.
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