Madrid, 17 dic (.).- Santander (MC:SAN) Wealth Management, que concentra el negocio de banca privada y la gestión de activos del Santander, estima que en 2019 el crecimiento mundial registrará una desaceleración, pero moderada, y calcula un avance del 3,5 %, sólo tres décimas inferior al de 2018.
En un informe conocido hoy por el equipo que dirige Víctor Matarranz se apunta que el ciclo expansivo se prolongará y seguirá siendo sólido, pese a las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China, los riesgos geopolíticos y la retirada de estímulos por parte de los bancos centrales.
Por todo ello, Santander Wealth Management cree que la renta variable puede tener "potencial de revalorización".
El estudio tiene en cuenta una serie de elementos favorables, entre los que destaca la ausencia de desequilibrios macroeconómicos críticos, la favorable situación financiera de hogares y empresas, la ausencia de presiones inflacionistas y las políticas fiscales expansivas.
A ello hay que sumar unos tipos de interés en niveles "aún bajos", lo que permite mantener expectativas de crecimiento de los beneficios del 9 % y valoraciones atractivas de las bolsas; en términos de rentabilidad-riesgo, el activo idóneo sería la renta variable de países desarrollados".
En el apartado de los riesgos el informe señala a subidas de tipos por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos, que suponen "un foco de tensión monetaria".
Aunque las políticas monetarias seguirán siendo acomodaticias, su apoyo al impulso económico "será menor", aunque lo previsible es que el ajuste de los principales bancos centrales "no sea muy acusado".
En la zona del euro, el BCE no anunciará subidas de tipos de interés hasta la segunda mitad de 2019.
El estudio advierte también sobre la persistente tensión comercial entre Estados Unidos y China, así como sobre las negociaciones entre Reino Unido e Italia con la Unión Europea.
En este contexto, Santander WM se inclina por aprovechar el incremento de la prima de rentabilidad que ha experimentado la renta fija corporativa de mayor calidad crediticia, evitando las empresas que más han aumentado su endeudamiento.
Y prefiere también la renta variable europea, que previsiblemente tendrán una rentabilidad por dividendo próxima al 4 %, con "especial incidencia" en sectores cíclicos como Tecnología, Industriales y Energía, "que muestran expectativas de crecimiento del beneficio de doble dígito".
En Estados Unidos se muestra neutral en renta variable, y por lo que respecta a las divisas, ve potencial de apreciación para el dólar en la primera parte del año, tendencia que podría varias en primavera.