Lara Malvesí
Nueva York, 31 mar (EFE).- En días tan grises para el parqué neoyorquino como este jueves, lo mejor es buscar la mirada histórica para darle sentido al comentario de las operaciones.
Con el 31 de marzo hay que hacer balance trimestral, una evaluación positiva tanto para el Dow Jones, el principal indicador de Wall Street, como para el selectivo S&P 500.
Ambos, a diferencia del tecnológico Nasdaq, han conseguido cerrar su segundo trimestre seguido con ganancias.
El Dow Jones acumuló desde enero un ascenso del 1,5 % y el S&P 500 del 0,77 %, mientras que el Nasdaq cerró los tres primeros meses del año con un descenso del 2,55 %, su peor primer trimestre desde 2009.
Para el jefe de inversiones de HPM Partners, Ben Pace, "queda claro que todo esto es fruto de una mezcla de alivio por las noticias (de no subir los tipos por ahora) de la Reserva Federal (Fed), así como por la constatación de que se aleja el nubarrón de la recesión en EE.UU.", señaló a la cadena financiera CNBC.
Los operadores en el parqué neoyorquino protagonizaron la última jornada de marzo con escasos movimientos y terminaron con leves descensos en dos de sus principales indicadores.
Durante la sesión se conoció un dato mediocre sobre la salud del mercado laboral en EE.UU., ya que las solicitudes del subsidio por desempleo subieron la semana pasada hasta 276.000, su mayor nivel en dos meses, un día antes del informe oficial de empleo de marzo.
Como resultado, Wall Street cerró en territorio mixto con el Dow Jones cediendo un 0,18 % y el S&P 500 un 0,20 %, mientras que el índice compuesto del mercado Nasdaq avanzó un mínimo 0,01 %.
En el cierre en territorio de nadie también tuvo algo que ver el inmovilismo del petróleo, que aunque cerró en verde apenas se movió 2 centavos, o un 0,05 %, respecto a la jornada anterior y cerró en 38,34 dólares el barril, de nuevo por debajo de la línea psicológica de los 40 dólares que tan lejana parece en sesiones como hoy.