Mateo Sancho Cardiel
Nueva York, 14 jul (EFE).- El buen rumbo de la recién iniciada temporada de resultados empresariales ha vuelto a sumir a los inversores en una ola de entusiasmo que hizo hoy al Dow Jones recuperar sus 17.000 puntos, rozar el récord en el cierre y alcanzar un máximo histórico durante el día de 17.088,43 puntos.
Durante parte de la jornada, efectivamente, el principal indicador de Wall Street estuvo en territorio récords, pero perdió algo de gas hacia el final de la sesión y se quedó en 17.055,42, a 13 puntos de la plusmarca.
Pero no pasa nada. Los inversores confían en que las empresas sigan dando alegrías a las cotizaciones, después de que los bancos Wells Fargo y Citigroup hayan abonado a eso de "cumplir las expectativas de los analistas".
De hecho, una vez más la matemática del operador bursátil chocó con las reglas de la moral y este último banco creció hoy en bolsa un 3 % porque sus cuentas cuadraron y sin visos de castigo por el acuerdo al que llegó hoy con el Departamento de Justicia para pagar 7.000 millones de dólares por la venta irregular de hipotecas de alto riesgo. A pesar de lo abultado de la indemnización, parece que mereció la pena.
Mañana todo apunta que seguirán las alegrías numéricas con más resultados empresariales, cuatro de ellos dentro del Dow Jones: la tecnológica Intel, la empresa de higiene personal Johnson & Johnson y otros dos bancos, Goldman Sachs y JPMorgan, tienen la pelota en su tejado y todos ellos cerraron hoy con ganancias.
Pero no solo Dow Jones tiene el récord a la vista, también el S&P se quedó hoy a 8 puntos de su máximo histórico y le quedan menos de 25 para llegar a esos 2.000 puntos, después de haber avanzado hoy 10 puntos más y con el optimismo de los analistas a su favor.
Mientras el mercado de valores se inflaba hoy, el del petróleo conseguía una victoria pírrica después de casi tres semanas de derrotas y subía un 0,08 % hasta llegar a los 100,91 dólares el barril.
En otro capricho de la ley de la oferta y la demanda, el crudo de Texas lleva tiempo "triste" porque la situación se va arreglando en Libia y, aunque sigue complicada en Irak, a los compradores no les importa porque no repercutirá en el suministro de "oro negro".