Emilio López Romero
Nueva York, 17 may (EFE).- El fantasma de los tipos de interés volvió a sobrevolar hoy Wall Street después de una jornada de datos económicos positivos y un nuevo repunte del petróleo que reavivó los temores a una subida de las tasas más pronto que tarde.
La inflación en Estados Unidos, uno de los indicadores que más sigue de cerca la Reserva Federal en su debate sobre el calendario para la siguiente subida de los tipos, se aceleró en abril al subir el IPC un 0,4 por ciento.
Se trata de su mayor ascenso en más de tres años, lo cual fue recibido como un agua fría en los mercados, donde muchos inversores empiezan a dar casi por hecho que los próximos movimientos en materia de política monetaria serán en junio en vez de septiembre.
Wall Street tendrá mañana un primer aperitivo con la publicación de las actas de la última reunión de la Reserva Federal y pocas cosas producen más urticaria a los operadores bursátiles que un nuevo encarecimiento del precio del dinero.
Y para echar más de leña al fuego este martes se conocieron dos datos mejores de lo previsto, uno sobre la producción industrial, que creció en abril un 0,7 por ciento y otro sobre la construcción de viviendas nuevas, que aumentó ese mes un 6,6 por ciento.
Al final las tres referencias de Wall Street cerraron con fuertes pérdidas: el Dow Jones cayó un 1,02 por ciento, el selectivo S&P 500 bajó un 0,9 por ciento y el índice Nasdaq perdió un 1,25 por ciento, su peor jornada en más de un mes.
Los dos únicos sectores que pudieron salvar los muebles al final de la jornada fueron el energético y el de materias primas, que terminaron la sesión en verde animados por un nuevo rebote del petróleo en los mercados internacionales.
Un día también para olvidar para los accionistas de Home Depot (NYSE:HD), que vieron como su inversión se devaluó un 2,50 por ciento pese a presentar unos resultados trimestrales que superaron los pronósticos y que incluso mejoró sus previsiones para el conjunto del año.