Washington, 22 oct (.).- El Fondo Monetario Internacional (FMI) volvió a mejorar este martes las proyecciones de crecimiento del PIB de Estados Unidos y ahora espera que cierre este año con un avance del 2,8 %, dos décimas más que lo previsto en julio, aunque recuerda que la creciente deuda pública y el déficit fiscal puede acarrear problemas en el futuro.
Para 2025, el Fondo espera ahora un crecimiento del 2,2%, tres décimas de los pronosticado en julio, según reveló la institución en el informe de perspectivas económicas globales (WEO por sus siglas en inglés) difundido este martes.
Con estos datos, Estados Unidos se mantendrá como uno de los impulsores de la economía mundial, con la eurozona estancada en un modesto 0,8 %; Japón, en el 0,3 %, y China, en el 4,8 %.
El informe alerta de que "el déficit fiscal de Estados Unidos solo se verá recortado de manera marginal" y que "bajo las políticas actuales, la deuda pública no está estabilizada y alcanzará casi el 134 % del PIB en 2029".
El FMI recuerda que la inflación, a nivel global, ha sido un problema, en parte, por el crecimiento de lo salarios y en el caso de EUU esa subida ha reflejado mejoras de la productividad, algo que no se ha dado en la zona euro, donde los salarios han subido por encima de la productividad.
También recuerda que Estados Unidos ha sido la última gran economía mundial en abrir un ciclo de rebaja de los tipos de interés, algo que comenzó en septiembre con una reducción del precio del dinero en 50 puntos básicos, la primera bajada en cuatro años, algo que ha servido para frenar el ritmo de la inflación, algo que debería seguir sucediendo.
"Una política monetaria constreñida combinada con una política fiscal relativamente relajada, algo particularmente relevante en Estados Unidos, es uno de los factores que ha llevado a la apreciación del dólar", lo que afecta a las economías emergentes y en desarrollo y podría requerir una relajación de la política monetaria, según los economistas del FMI.
El informe recuerda la importancia de los efectos de las decisiones de la política monetaria estadounidenses en las economías emergentes y las decisiones de los bancos centrales de esos países.
Por esa razón, el informe considera algo positivo que el recorte de tasas de interés de septiembre haya servido para anclar expectativas y frenar la apreciación del dólar.
No obstante, el FMI recuerda que se mantienen "vulnerabilidades" que pueden generar volatilidad en los mercados, "desconexión entre la incertidumbre económica y la volatilidad de los mercados", así como valoraciones sobredimensionadas, particularmente en el sector tecnológico.
Una prueba de esto, a juicio del FMI, es el episodio de caídas abruptas en bolsas de todo el mundo en agosto, por los temores de una recesión en EE.UU., debido a datos de empleos peor a lo esperado y los efectos en operaciones especulativas internacionales con el yen tras la decisión del Banco de Japón de una sorpresiva subida de tipos.