Por Eliana Raszewski y Jorge Otaola
BUENOS AIRES (Reuters) - El peso argentino se apreció el martes, en su segundo día con nuevos controles cambiarios, bajo la atenta mirada de los inversores que respondían a las medidas del Gobierno de Mauricio Macri para contener una aguda crisis financiera y blindar la moneda.
Los bonos también se fortalecieron levemente, en línea con las cotizaciones en los mercados europeos, pero la bolsa se derrumbó a mínimos de dos años presionada porque los inversores deshicieron posiciones y por la debilidad en Wall Street.
En el mercado mayorista de cambio, el peso se apreció un 5,39%, a 55,90/55,98 unidades por dólar, con la intervención del banco central (BCRA), tras un alza del 0,9% de la sesión previa.
El Gobierno había autorizado el domingo al banco central (BCRA) a restringir las compras de dólares para no verse forzado a usar demasiadas reservas internacionales para apuntalar al peso.
Hay "artillería (de la banca) oficial (con venta de divisas) en el segmento de contado que ejerce presión para generar la caída de la cotización del dólar mayorista (alza del peso)", dijo Gustavo Quintana, operador de PR Corredores de Cambio.
En el ahora reactivado mercado paralelo, conocido como "blue", la moneda doméstica subió un 4,1%, a 60,00/61,00 unidades, pero a distancia del mínimo intradiario de 64 por dólar al que cayó en la víspera.
DESPLOME BURSÁTIL
Los bonos argentinos promediaron un avance del 0,2% y la bolsa se hundió más del 11,5% liderada por acciones energéticas y financieras.
Héctor Scasserra, directivo de Arpenta Sociedad de Bolsa en Buenos Aires, dijo que las acciones argentinas caen en línea con el resto de las bolsas del mundo.
"Todas las bolsas están en rojo y a un país debilitado como está Argentina, con una situación política complicada, le pega aún más (...) Cuando se busca liquidez, uno se desprende de lo más débil", agregó.
Las restricciones cambiarias significaron un giro de 180 grados para el presidente Macri, un defensor del libre mercado que abolió los controles de capital después de su llegada al poder a fines de 2015.
Fue el último intento del Gobierno de estabilizar el peso, que solo en agosto se derrumbó un 26,3%, y que ha perdido un 18,9% de su valor desde que el candidato presidencial de la oposición Alberto Fernández emergió como el claro favorito en las elecciones primarias del 11 de agosto.
Fernández y su compañera de fórmula, la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, son considerados un riesgo por algunos inversores, que temen que Argentina pueda volver a las políticas intervencionistas que llevó adelante la exmandataria en sus gobiernos.
Las medidas de Macri despertaron temor en algunos ahorradores que desde el lunes acudieron a los bancos a retirar sus depósitos. La afluencia de clientes creció abruptamente en las diferentes sucursales, dijeron fuentes bancarias, incluso con algunos límites a la hora de retirar dólares por falta de efectivo.
El lunes, el presidente del banco central, Guido Sandleris dijo que el sistema financiero "está sólido" y que la entidad mantendrá su estricta política monetaria, a pesar de las medidas de restricciones cambiarias.
(información adicional de Marc Jones en Londres y Cassandra Garrison, Hernán Nessi y Walter Bianchi en Buenos Aires; Editado por Manuel Farías y Javier López de Lérida)