Ginebra, 9 may (.).- La Autoridad Federal de Supervisión de Mercados Financieros (FINMA) ha rechazado un centenar de demandas de bonistas de Credit Suisse (SIX:CSGN), que reclaman ser indemnizados por las pérdidas de 16.000 millones de francos (16.300 millones de euros) que les ocasionó la compra del banco por UBS (SIX:UBSG), informó hoy la radiotelevisión nacional suiza RTS.
Según el canal nacional, FINMA no responderá a estas demandas de los bonistas, bajo el argumento de que la responsabilidad de reducir a cero los bonos recae en Credit Suisse.
De acuerdo con el abogado especialista en derecho financiero y bancario Carlo Lombardini, que comentó la decisión en RTS, ésta denota una falta de seguridad jurídica en Suiza "que se asemeja a la de regímenes autoritarios como el venezolano", y será probablemente respondida llevando los casos al Tribunal Administrativo Federal.
El conflicto entre bonistas y las autoridades suizas se debe a la controvertida decisión tomada el 19 de marzo, cuando se acordó como medida de emergencia la compra de Credit Suisse por UBS, de reducir a cero los bonos AT1 con el fin de reducir las pérdidas para los bancos y para las arcas estatales helvéticas.
En casos de crisis bancarias como la de Credit Suisse normalmente los poseedores de estos bonos también conocidos como CoCos (convertibles convencionales) tienen prioridad sobre los accionistas, pero modificaciones legales de última hora que avaló la Finma les situaron entre los principales perjudicados de la compleja operación.
Varios bufetes de abogados contratados por propietarios de bonos AT1 de Credit Suisse han comenzado desde el mes de abril a coordinarse para intentar reclamar millonarias indemnizaciones por parte de las autoridades helvéticas en este sentido.
Bufetes como el estadounidense Quinn Emanuel, que representa a una importante parte de estos bonistas, trabaja ya junto a firmas homólogas en Singapur (Engelin Tech), Reino Unido (Keidan Harrison), Oriente Medio (Global Advocacy and Legal Counsel) y la propia Suiza (Geissbühler Weber), entre otras.
La medida tomada por Berna en relación con los bonistas causó también malestar en el mercado global de bonos, que mueve en Europa más de 275.000 millones de euros, ante el temor de que siente precedentes y siembre la desconfianza de los inversores.
UBS adquirió Credit Suisse, a instancias del Gobierno suizo, por 3.000 millones de francos (3.070 millones de euros) para salvarlo de la quiebra.