Madrid, 16 abr (.).- El rendimiento de las deudas germana y estadounidense se sitúa en niveles de noviembre pasado afectado por la situación geopolítica y las expectativas de evolución de los tipos de interés, según datos del mercado.
Así, la rentabilidad interna del bono alemán a diez años ha crecido este martes casi cinco puntos básicos y se ha situado en el 2,484 %, con lo que se sitúa en niveles de finales de noviembre pasado.
Por su parte, la deuda estadounidense avanzaba a esta hora casi dos centésimas, hasta el 4,665 %, con lo que rondaría rentabilidades desconocidas desde el comienzo de noviembre de 2023, nivel en el que también se encuentra el diferencial entre los títulos alemanes y estadounidenses, ahora en 218 puntos básicos.
La prima de riesgo española respecto a la germana, que mide el sobrecoste que exigen los inversores a la hora de invertir en un país o comprar su deuda, se situaba hoy al cierre del mercado secundario de deuda en 84,2 puntos básicos (el bono español concluyó el día en el 3,326 % con un aumento de algo más de cinco centésimas).
Para el experto de XTB Joaquín Robles, la rentabilidad del bono a 10 años estadounidense "continúa aumentando, en consonancia con las declaraciones de los funcionarios de la Reserva Federal, que afirman que no se apresurarán a recortar los tipos".
La presidenta de la Reserva Federal de San Francisco, Mary Dale, reiteró la conveniencia de actuar con calma en las bajadas del precio del dinero, con lo que el mercado contempla la posibilidad de que los tipos no empiecen a bajar en Estados Unidos hasta noviembre, conocidos también algunos datos sobre la pujanza de su economía, como las ventas minoristas.
Para Robles, todo esto también está fortaleciendo al dólar y haciendo caer las bolsas, a su vez perjudicadas por la escalada de tensiones en Oriente Medio y el cambio de perspectivas sobre los recortes en los tipos de interés.
Para Banca March, "el riesgo geopolítico se traslada también a los bonos", por lo que el fantasma de un potencial conflicto entre Israel e Irán ha resucitado los miedos a la inflación, lo que ha fomentado las ventas de los bonos a plazos más largo, por lo que la deuda estadounidense está perdiendo su condición de activo de inversión.