Por Lisa Jucca
MILÁN, 12 mar (Reuters Breakingviews) - La Unión Europea está mal posicionada para luchar contra el trauma económico causado por la crisis del coronavirus. Pero no carece de recursos. Aunque el bloque de 27 naciones no tiene una centralización de los gastos para apoyar a Italia y otros estados miembros afectados, hay tres cosas que puede hacer rápidamente para ayudar.
La crisis que hasta ahora se ha cobrado más de 700 vidas en la UE da a las autoridades de Bruselas la oportunidad de demostrar que son algo más que burócratas ineficaces. Hasta ahora, su respuesta ha sido tímida. Las restricciones de viaje y las medidas de contención cada vez más estrictas -como la decisión de Italia de cerrar restaurantes y tiendas- han deprimido el consumo y han interrumpido las cadenas de suministro. Esto amenaza la supervivencia de las empresas en muchas industrias, en particular las aerolíneas.
Aunque Bruselas carece de munición fiscal, puede facilitar que los miembros de la UE aumenten el gasto. Los Gobiernos tendrán que gastar más para garantizar el crédito a las empresas y las familias, o pagar por los despidos temporales. Italia ya ha destinado 25.000 millones de euros a la lucha contra la emergencia. Es casi seguro que superará el límite de la UE para el déficit presupuestario, que se ha fijado en el 3% del producto interior bruto.
Las normas de la UE ya eximen de los cálculos del déficit el dinero gastado para hacer frente a acontecimientos inusuales, como los terremotos. No obstante, para ello es necesario un análisis bilateral con Bruselas. La suspensión temporal de los límites de los déficit y la deuda nacional permitiría una respuesta más rápida y eficaz. El Banco Central Europeo, que se dispone a dar a conocer su respuesta el jueves, podría ayudar prometiendo mantener los tipos de interés excepcionalmente bajos.
Relajar las restricciones a las ayudas estatales son otra posibilidad de alivio a corto plazo. Las normas vigentes de la UE ya prevén el apoyo estatal en circunstancias extraordinarias. En 2010 Bruselas permitió a las naciones compensar a las aerolíneas por un bloqueo del espacio aéreo de una semana provocado por la erupción de un volcán islandés. Aunque es probable que la crisis del coronavirus dure más tiempo y afecte a una gama mucho más amplia de empresas, podría aplicarse un pragmatismo similar.
Mientras tanto, los reguladores financieros pueden ayudar a los bancos a sostener la economía proporcionando crédito a las empresas que se enfrentan a problemas de flujo de caja. Los bancos europeos tienen balances más limpios y reservas de capital más fuertes que hace una década. Sería útil permitirles redirigir parte del capital que les sobra. Los reguladores también podrían garantizar que los bancos que conceden períodos de gracia en los pagos de préstamos e hipotecas no se vean afectados por requisitos de capital demasiado estrictos.
Como han demostrado las crisis pasadas, la Unión Europea suele carecer de la capacidad de dar una respuesta rápida y coordinada a una emergencia. El coronavirus es una oportunidad para demostrar que no es totalmente impotente.
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(La autora es columnista de Reuters Breakingviews. Las opiniones vertidas en esta columna son responsabilidad exclusiva de su autora)
(traducido por Tomás Cobos)