Astaná, 9 jun (.).- El ministro de Energía de Emiratos Árabes Unidos (EAU), Suhail al Mazroui, pidió hoy darse un plazo de hasta 30 años a la hora de planificar el uso de recursos energéticos para no destruir la economía en busca solamente de energías renovables.
"Cada país necesita tener un plan no para 10 años, 20 años, sino quizás para 2050 para alcanzar las cero emisiones netas", dijo en un panel del Foro Internacional de Astaná.
"Y necesitamos identificar pasos prácticos que también permitan el crecimiento económico, porque de lo contrario no seríamos prácticos si dijéramos que podemos cerrar la economía solo para lograr" ese objetivo, recalcó el ministro.
"Hay cosas que podemos hacer, como en la alianza OPEP+. Estamos inmersos en una transición y es muy importante para nosotros las cero emisiones netas. Pero si no tenemos los recursos para esa transición, la economía mundial tendrá un problema y todos nosotros nos veremos afectados", insistió.
Explicó que en los Emiratos Árabes Unidos, que acogerá entre noviembre y diciembre la COP28, el enfoque está tanto en la inversión en energías renovables y la diversificación de los recursos energéticos, como en asegurar la cobertura de las necesidades energéticas del mundo para los próximos 10 o 15 años.
Indicó que además trata de fomentar las interconexiones eléctricas con otros países, como hace con Kazajistán, cuyo ministro de Energía, Almassadam Satkaliyev, recordó que su país a su vez ha desarrollado una red eléctrica común con Rusia y otros socios centroasiáticos.
Al Mazroui también afirmó que se debe reducir el consumo energético a nivel individual y como país, así como colaborar entre naciones en la investigación y el desarrollo de nuevas tecnologías para producir de forma económica hidrógeno o reactores modulares pequeños para la energía nuclear, entre otras.
El ministro kazajo señaló que su país se orienta fuertemente en la autosuficiencia, no solo por potenciales riesgos globales, sino también para aprovechar el potencial único de la mayor economía centroasiática, rica en recursos naturales e hidrocarburos.
Dijo que Astaná planea convertirse en un exportador neto de electricidad verde a países vecinos y a Europa, y explicó que, junto con Azerbaiyán, el país ha comenzado a descubrir nuevos proyectos, como el tendido de cables de alto voltaje debajo del mar Caspio, que vincula Kazajistán con Turquía y Europa.
"Entendemos que la electricidad limpia nos dará algunas preferencias de exportación y también cubrirá nuestras necesidades. Pero no debemos subestimar el papel del gas natural como combustible para sustituir al carbón", sostuvo.
La presidenta del Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo (BERD), Odile Renaud-Basso, señaló en el mismo panel que cree que el objetivo de "crecimiento, seguridad energética y transición verde deben ir de la mano".
"Yo diría que la seguridad energética es probablemente el tema que ha regresado a la agenda de forma muy rápida desde el año pasado con los desafíos que enfrentaron varios países con la crisis energética", afirmó.
La francesa subrayó que la transición verde tendrá un costo y requerirá una gran cantidad de inversión, especialmente en el mundo emergente.
Recordó que el Banco Mundial calculó las necesidades financieras para la transición verde en un 1 % en el mundo desarrollado a lo largo del tiempo y en un 7 % en los mercados emergentes.
"Es un gran esfuerzo, pero también es una gran oportunidad para empresas y nuevas actividades" en este campo, dijo, especialmente si el porcentaje en la cesta energética de las energías renovables aumenta hasta 2050 del 33 % al 80 % si se cumplen algunas estimaciones internacionales.
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