Por Carlos R. Cózar
Investing.com - Están, como ellos dicen, entre la espada y la pared. Entre dos tiburones. Los minoritarios de DIA (MC:DIDA) miran para un lado y se encuentran con el actual consejo de administración. En el otro, el fondo de inversión LetterOne, que espera con el cuchillo entre los dientes la próxima Junta General de Accionistas del próximo día 20. “No queremos ni a uno ni a otro”, se resigna Rafael del Castillo, uno de los artífices de la unión de los minoritarios de DIA.
Este miércoles se resolverá el futuro de la compañía. Los accionistas tienen que decidirse pronto. Y saben que hay dos escenarios posibles, con permiso de la tercera vía, que son los minoritarios.
Si gana la opción de la actual cúpula directiva habrá una ampliación de capital con una dilución de acción. “Es incomprensible que el precio de las nuevas acciones se queden en un céntimo. No queremos ver nuestro capital defenestrado”, explica Del Castillo a Investing.com. De hecho, los minoritarios sospechan que la táctica de Juan de la Cierva sea la de vender DIA. “Ha hecho lo que la gran banca quiere, traer a un fondo para hacer un plan de viabilidad para luego vender al mejor postor”, narra.
Los minoritarios, también, cargan duramente con la actitud de Juan de la Cierva y los suyos. “Están aquí para calentar la silla y esperar posibles destituciones para intentar cobrar sus finiquitos”, se lamenta. En cuanto a la gestión que está llevando a cabo, el fundador subraya que el máximo dirigente de la compañía cae rebotado de un sector que no es el de la distribución por lo que “no toma decisiones acertadas y se mantiene escondido”.
La unión de minoritarios no quiere, como se dice en la jerga popular, ni en pintura a la directiva. Tal y como explican a este medio prefieren a “LetterOne que a la actual dirección”. “La propuesta de De la Cierva es la peor, no hay por donde cogerla. La dilución, sus próximos planes... Ellos pueden hacer y deshacer a su antojo y mañana mismo podrían decir que no hay Junta de Accionistas”, recalca.
La gestión y las cuentas de la actual junta también están en el candelero. Los minoristas no entienden cómo puede ser que se “haya pasado a cobrar un dividendo de 118 millones de euros para más tarde anunciar un profit warning”.
¿Pero por qué eligen a LetterOne como a su ‘enemigo íntimo’? “Con la salida de la actual directiva solo quedará un bando. Ahí será cuando luchemos contra LetterOne. El jueves empieza nuestra lucha bonita”.
Cuando es cuestionado sobre sus armas, del Castillo mira hacia la Comisión Nacional del Mercado de Valores. “Una vez que LetterOne llegue al poder la CNMV tendrá que dar validez a la oferta, por ahora sólo ha dado el OK al trámite”. “Ahí será nuestro momento de presionar”, arguye el minoritario.
Críticos con LetterOne
Pero que los minoritarios prefieran que gane la batalla LetterOne, no significa que quieran que Fridman gobierne DIA. Del Castillo tilda de “bajeza” la maniobra de tirar por los suelos la acción de la cadena de distribución.
Los minoritarios no entienden cómo la CNMV no ha entrado de oficio tras las maniobras del ruso. “Ha hecho todo lo posible por bajar el precio, ha engañado con las posiciones cortas al regulador y la única respuesta de la Comisión Nacional ha sido un tirón de orejas”, dice.
Del Castillo defiende que DIA debe ser una compañía 100% española. “Tenemos casos de éxito que, gracias a la habilidad de sus directivos que conocen el mercado español, funcionan fenomenal. Basta con mirar a Telefónica (MC:TEF), Iberdrola…”, narra. No obstante, no cierra la puerta a inversión extranjera. “Una cosa no quita a la otra. Los minoritarios creemos que es una gran idea que aporten capital, pero siempre con gobierno español”, zanja.
La tercera vía
Los minoritarios se saben derrotados, por ahora. Esperan sigilosamente el desenlace de este miércoles para engrasar su maquinaria ya que “no pueden hacer más que aguardar”. “Ellos han estado siete meses en el mismo consejo y saben sus trapos sucios. Nosotros no hemos estado nunca dentro y es difícil saber lo que se cuece”, alega del Castillo.
Consideran que el precio de su acción es de “tres euros” y que el modelo de negocio “se puede mejorar con nosotros”.
A pesar de ello, no son críticos con toda la gestión que se ha llevado hasta la fecha. “Aplaudimos los nuevos formatos en las ciudades, y seguramente seguiremos creciendo. Es impensable que se pueda ir al traste una de las compañías de alimentación más grandes de España”, sostiene el fundador.
Por otra parte, entre tanto cruce de declaraciones, sostiene que no van a demandar a nadie porque “sería tirar piedras contra nuestro tejado”. La versión de los minoritarios es clara: DIA ya ha perdido mucho dinero para tener que seguir pagando indemnizaciones. “La directiva se está blindando con abogados para pedir hasta el último céntimo, algo que no queremos nosotros”, se lamenta.
Por último, los minoritarios tildan de “locura” los nuevos despidos, la idea de salir a China y que haya una “relación cero” con los franquiciados.