Por Laura Sánchez
Investing.com - Los mercados de renta variable y de crédito han sufrido mucho desde principios de año. Tras este tipo de corrección, es natural que los inversores se planteen la posibilidad de aumentar o no sus asignaciones a activos de riesgo.
François Rimeu, estratega senior de La Française AM, comparte estas reflexiones a la hora de analizar cómo invertir en Bolsa.
Inflación
“Hoy en día, el mercado descuenta una inflación del 8,2% en la Eurozona y en EE.UU. para 2022 y un descenso relativo de las presiones inflacionistas para 2023, con un aumento de los precios todavía en torno al 4-5%”, explica Rimeu. “Naturalmente, la guerra de Ucrania y sus enormes consecuencias en los mercados de materias primas sólo explican en parte estos errores de estimación. Hay que tener en cuenta que si las estimaciones de inflación se han revisado al alza en más de un 5% en los últimos doce meses, es fácil pensar que estos errores de estimación se repitan, en cualquier dirección”, añade.
Según este experto, a corto plazo, esto deja a los bancos centrales con pocas opciones. Quieren evitar un desanclaje de las expectativas de inflación y, por tanto, seguirán endureciendo sus políticas monetarias con el objetivo de reducir la demanda.
Por otra parte, Rimeu cree que los bancos centrales continuarán aplicando unas condiciones financieras más restrictivas, lo que debería provocar un descenso de los indicadores adelantados y, por tanto, de las expectativas de crecimiento.
“No parece que las previsiones de crecimiento se vayan a estabilizar a corto plazo, a no ser que surja alguna noticia positiva importante, pese al contexto de elevada inflación y rápido endurecimiento monetario”, indica el estratega senior de La Française AM.
Impacto en los beneficios
“Los principales mercados de renta variable han caído hasta ahora alrededor de un 20%, en línea con el ajuste a unas condiciones financieras más estrictas. La relación precio-beneficio del S&P 500 ha disminuido de 26 a 19, mientras que, al mismo tiempo, los tipos reales a 10 años en Estados Unidos han pasado del -1% al 0,6%”, detalla Rimeu.
“La cuestión principal para nosotros, como gestores, es si el mercado está estimando correctamente los beneficios empresariales. El consenso espera actualmente un crecimiento de los beneficios en Estados Unidos de alrededor del 10% para 2022 y del 8% para 2023, cifras que se han revisado constantemente al alza en los últimos meses. Creemos que estas cifras se reducirán en los próximos meses por las mismas razones que las detalladas anteriormente”, añade.
Según este analista, la caída de la confianza de los consumidores tiene un impacto negativo en el ciclo de beneficios, al igual que el endurecimiento monetario o las revisiones a la baja del crecimiento económico. La magnitud de las futuras revisiones a la baja dependerá del alcance de la desaceleración económica y de la persistencia de los riesgos inflacionistas, que actualmente son difíciles de estimar.
“En el marco de nuestra asignación, esperaremos a ver lo que ocurre con los mercados de activos de riesgo, ya que existe un riesgo importante que pesa sobre la actividad económica futura, el endurecimiento de las políticas monetarias y un consenso que no se ha ajustado suficientemente a los futuros beneficios empresariales. A esto se añade, por supuesto, el temor a que se introduzca un racionamiento energético en Europa este invierno o a que otra ola de Covid vuelva a alterar la actividad en China”, concluye Rimeu.