Santiago de Compostela, 29 jul (.).- El presidente de Abanca, Juan Carlos Escotet, ha expresado este viernes su rechazo al nuevo impuesto a la banca que prepara el Gobierno y ha confiado en que su tramitación se paralice en el debate en el Congreso.
“Honradamente, confiamos en que esto no resulte aprobado en el trámite parlamentario”, ha señalado Escotet en la rueda de prensa en la que presentó el balance de resultados del primer semestre de 2022, en el que Abanca obtuvo un beneficio de 104,3 millones de euros.
Escotet ha puesto el foco en las consecuencias que este impuesto tendría para el sector bancario español, que se vería “claramente perjudicado” con una “pérdida de competitividad” dentro de la Unión Europea, por lo que “lo vemos con mucha preocupación”.
Además, el presidente de Abanca ha destacado la importancia que han tenido los bancos en la crisis económica derivada de la covid-19, ya que la liquidez de las entidades financieras “fue fundamental” para que el país y sus ciudadanos contasen con crédito.
“El crédito fluyó y se dieron facilidades”, ha recordado Escotet, quien considera que esta liquidez ha propiciado que “nos hayamos salvado de una recesión que podría haber sido muy seria” y, de este modo, se ha salvado a su vez, y a su entender, una enorme cantidad de empleo.
Por ello, en opinión del presidente de Abanca, “son demasiados los efectos en contra”, ya que esta propuesta “no tiene nada de positivo y no cumple con los criterios con los que fue teóricamente diseñada”.
Al mismo tiempo, Escotet también ha dicho que, aunque “es prematuro hablar de una posible litigiosidad” del impuesto, no parece constitucional que se busque el gravar los beneficios con retroactividad, ya que “hay algunas dudas sobre si se puede aplicar o no”.
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